lunes, 20 de enero de 2014

Como acabar bien con una Ex



Yo iba por la calle con mis Ray Ban y mi paraguas de Armani escuchando lo último de Cañita de Brava. Siempre me ha gustado la música eclética y atrevida.

Cuando me quise dar cuenta, tenía a alguien a un metro que no podía evitar. Estaba casi rozando uno de sus ojos con una de las barrillas del paraguas... ¡Era mi exnovia de la universidad! Aquella chica de Lugo, Marga.

No veía a Marga, desde aquel día en que salí por patas de su dormitorio cuando quiso probar algo diferente y me metió uno de sus dedos por mi tercer ojo cuando estaba a punto de clavarle la banderilla. Imaginaos el panorama. Yo no sabía si darle dos besos, uno, la mano o hacerme el muerto. Cerré el paraguas, me quite las gafas, y deje caer la lluvia sobre mi rostro, para darme un toque más sensual. Nos dimos dos besos, los dos nos pusimos como tomates, y comenzamos a hablar.


Me dice ella:

- Bueno, ¿Y todavía tienes aquel pijamita de Garfield?

Y yo, como si me hubiese preguntado donde estaba alguna de mis prendas de ropa que debía estar por algún lugar oculto del armario, pienso un rato largo y le respondo:

- Sí, ahora lo utilizo de trapo de cocina. 

Entonces yo le pregunto:

- Y tú, sigues utilizando aquellos tanguitas tan finos. Je, Je,..

- Si, menos por las noches que sólo duermo con unas gotitas de Nenuco. Es que tengo edredón térmico y un sueldo de cajera de supermercado.

- ¡Ay!...¿Y no tienes miedo a destaparte y que te coja el frío?, le pregunto yo. 

- Si desde que duermo solita, a veces me pasa, pero ya sabes que con ropa soy incapaz de dormir.

Después de aquella conversación tan subidita, decidimos tomarnos algo frío para ver si nos relajábamos.

Cuando estábamos bebiendo en total silencio, me dice:

- Bebes como antes, ¿eh?

- ¿Cómo?

- Con mucho estilo, je, je, je... 

Al final no fui al gimnasio, ni hice nada de lo que tenía planeado hacer. Me temblaban las piernas. Me fui a mi loft. Me fume un cigarrillo de la risa, me acosté boca abajo y a dormir.

De todas maneras tengo que decir que es bonito intentar acabar bien con una exnovia, aunque nos pueda resultar algo doloroso. Y esta vez, al final lo conseguí. No hace falta que dé más pistas, ¿verdad?


Un abrazo,

Rato Raro