La semana pasada me sentía completamente vacío, solo, como un cleenex usado, al que siempre acaban tirando por el retrete. Sólo tenía un deseo: ENCONTRAR EL AMOR VERDADERO...No paraba de preguntarme: ¿será posible?, ¿qué puedo hacer para encontrarlo?
Mientras volvía a ver la telenovela “Cristal”, tratando de encontrar respuestas, asumí que mi madre tenía razón cuando me decía que uno debe ser muy respetuoso con una chica si esta te gusta y que nada de besitos hasta después de un mes saliendo juntos. Sólo así, uno podía encontrar el amor verdadero y no caer en el fornicio.
Así que decidí volver a la antigua usanza: SEXO NO, hasta que encontrase a una tía que me demostrase que realmente le importo. ¡Estoy harto de ser tan sólo un cuerpo y unos ojos bonitos!
¿Os creéis que fue fácil para mi tomar aquella decisión?, Pues la verdad es que no, el celibato voluntario es una promesa muy seria.
Pero amigos, por desgraciada, siempre parece haber una confabulación interplanetaria que me impide cumplir todas mis promesas.
Justo la primera noche que decidí salir de fiesta en plan frailecillo, conocía a: “LA CACHONDA”. Tenía un tremendo trasero, unas piernas de escándalo, unos pechos que daban ganas de abrazarlos sin soltarlos nunca y unos labios carnosos que se los comería a mordiscos.
¡Siiiiii!...Me apetecía desnudarla allí mismo, pero me había hecho una promesa y no podía traicionarme. Así que, no tuve más remedio que dejarle claro que por el momento no quería NADA DE SEXO. Lo peor, es que ella a pesar de que podía elegir a cualquiera de aquel pafeto, le dio morbo la situación y me dijo:
- Lo comprendo y lo respeto, ¿quédanos mañana para tomar un coffe?
Flipe, babee, alucine y no tuve más remedio que cogerme a la barra después del impacto emocional que acaba de sufrir. Entonces pensé: ¡a esta tía, me la tiro pero ya! Reflexioné..., fui fuerte y le dije:
- Si no te importa quedamos mejor a tomar una limonada, que a mi el café me excita demasiado y después no puedo...
Obviamente me decante por la segunda y tuve que terminar con la faena. Por desgracia una vez más volví a traicionar mis principios, pero no he parado de sonreír a lo largo de esta semana, ¡mama lo siento!
- Si no te importa quedamos mejor a tomar una limonada, que a mi el café me excita demasiado y después no puedo...
En ese momento me miro con cara libidinosa, me mando callar y me dijo:
- Está bien, quedamos mañana para tomar una limonada.
Camino a casa, me fui comiendo la cabeza y no paraba de repetirme:
- Ésta con lo buena que esta, seguro que es una creída, no tiene conversación, es tonta del culo, la típica conejilla de playboy que solo sabe...¡Dios, yo busco algo más profundo!
Pero resulto que nada más lejos de realidad, cuando quedamos la tía empezó hablarme del Ying y el Yang, del Dalai Lama, de Liu Xiabo, de que si el ser humano vive por y para el amor incondicional y universal ¡Yo no podía más!, ¿cómo es posible que una tía que está tan tremenda, tenga tan buen Karma?, ¡Dios, son dos conceptos que no pueden ir juntos, como Lucia Lapiedra y sus bragas, cada una va por su lado.
Me pregunté si mis amigos le habrían pagado, pero luego pensé ¡si tienen alergia a soltar un euro!, sería tal vez una cámara oculta o ¿acaso era la hermana secreta de Beyonce? A esas alturas ya estaba todo pinocho, no podía más y me empecé a decir a mi mismo:
- ¡Es la madre de mis hijos!
Pero la verdad, creo que lo único que estaba realmente haciendo era darme razones para subirla a mi “loft” y enseñarle mi pijamita. Volví, una vez más, a utilizar el mismo truquito:
- ¿Sabes que tengo una terraza con unas maravillosas vistas a la ría?
¡Dios!, fui demasiado lejos, estábamos yo y la cachonda en la terraza viendo la puesta de sol. Le repetí varias veces que no quería sexo por sexo, que era mucho más que un cuerpo bonito. Pero ella, insistió después de pasar su mano por mí...rodilla y me dijo:
- Si es lo que el cuerpo te pide y me dices que no, es que tu mente te esta controlando. Susurro: déjate llevar.
Llego el momento “X”y me di cuenta que solo tenía dos opciones:
- Echarla de mi casa y mantenerme fiel a mis convicciones.
- Hacer lo mismo que cuando me prometo que voy a dejar de fumar: el próximo lunes empiezo.
Obviamente me decante por la segunda y tuve que terminar con la faena. Por desgracia una vez más volví a traicionar mis principios, pero no he parado de sonreír a lo largo de esta semana, ¡mama lo siento!
Un abrazo,
Rato Raro