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viernes, 2 de diciembre de 2011

Solo escribo para seguir viviendo


Hoy voy a publicar un post de alguien al que se lo llevaba pidiendo largo tiempo, mi compañera Xana.
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El día que ZP dijo que “Estamos en la Champions League de la economía mundial, no estamos en crisis y tenemos la tasa de paro más baja de la historia” me echaron del trabajo. Ahora soy una paria social, nadie quiere contratar a una economista en paro. La gente por la calle me mira con desprecio, mientras cuchichea que personas como yo fueron las causantes de la crisis.

Para encontrar de nuevo un trabajo, he tenido que mentir, diciendo que mis únicos estudios eran los de la ESO  y que mi experiencia laboral se reducía a la de camarera, dependienta y técnica especialista en la cadena de montaje de Citroën, trabajos que desempeñé en mi etapa postadolescente para financiar mis vicios y estudios universitarios.

Ahora trabajo como reponedora, en una importante cadena de supermercados, me pagan el salario mínimo interprofesional por 10 horas de duro trabajo. El dinero que gano, a duras penas, me alcanza para pagar la cuota de mi hipoteca.

Por todo esto, quiero aprovechar el post de esta semana, que tan amablemente me ha cedido mi querido Rato Raro, para mandar una carta a Mariano Rajoy.

Querido futuro presidente:

Tú que estas en tu despacho de 800 m2 en la calle Génova, con 5 pantallas de plasma en HD, entiendo que puedas pensar que hay margen para apretarse el cinturón. Pero yo vivo en un estudio de 22 m2 y solo tengo una tele en blanco y negro. Mi plasma lo he tenido que vender, para poder pagar el recibo de la luz, a un yonqui, porque me daba 2,30 € más que el Cash Conventer. Yo creo que después de estar viendo durante tanto tiempo en la miseria, necesito un  poco de alegría, y no escuchar de alguno de sus compañeros de partido, que habría que pensar en rebajar el salario mínimo y flexibilizar el horario laboral, ¿flexibilizar?, ¿significa trabajar más horas cuando la empresa lo necesite?, ¡pero si yo vivo prácticamente en el supermercado!, ¿qué quiere?, ¿Qué me convierta en una hortaliza? Y... ¡SNIFF!, ¡Por favor no me recorte más el salario!, ya no puedo pedir más aplazamientos en el pago de mis letras. El director del banco de mi barrio, cuando me ve, dice que la oficina esta cerrada, aún que sean las 11:00 h de la mañana.

¿Y qué me cuenta sobre los recortes en sanidad?, me acojonan tanto, que ni tan siquiera he podido coger una depresión a pesar todo lo que estoy viviendo, tengo miedo engancharme al prozac y no poder pagar ni tan siquiera las recetas.

Para que no digas, no le voy a comentar ninguna cosa sobre la educación, ¡total a mi no me ha servido de nada!

¡Joder Mariano!, todo sube y más ahora que se acercan las navidades, por no tener, no tengo dinero para el bono bus. Se lo que piensas ahora, mientras lees estas palabras:”Por lo menos tú estas cachonda” (para los espabilados: Le he adjuntado una fotito). ¡Pero Presi!, que puede hacer una jamona como yo sin un duro en bolsillo y ¡no me diga que...! Si usted en vez de recortar el salario mínimo, lo sube, aún que tan solo sea con el IPC, soy capaz de darle un beso, incluso en aquellos lugares donde nadie se atrevería... No sea usted mal pensado, me refería a la comisura de sus labios. Si no quiere mi amor, le ofrezco mi amistad, pero de la verdadera, sea consciente, que ahora más que nunca, va a pasar muy malos momentos, ¡y que mejor que el hombro de un amiga buenorra que lo consuele!

¡Por favor!, ¡seamos consecuentes!,¡seamos gente de mundo!, usted para mi, es como la prima de riesgo,  muy importante en mi vida. El día 20 de diciembre cuando le nombren presidente, si soy capaz de sintonizar bien mi TV, le miraré a los ojos como el gatito de Shreck, depositando en usted todas mis esperanzas. ¡No me defraude como ZP! No deje que tenga que acabar durmiendo en un cajero. En mi barrio solo hay uno y lo han cerrado las 24 horas.

Un bico,

Xana


PD: Rato Raro, no se hace responsable ni comparte las opiniones de las palabras recogidas en este post. ¡Xana!, ¡qué cada palo aguante su vela!

miércoles, 12 de octubre de 2011

ODIO LAS BODAS

Durante los últimos meses no paran de invitarme a bodas y bautizos. Supongo que esto se debe a que tanto mi círculo de amigos como yo somos fruto del boom 75, y claro todos sabemos lo que esta socialmente establecido cuando tienes treinta y muchos.

Tus amigos creen que cuando te invitan a una boda te hacen un favor, ¡y lo que de verdad te hacen es una tremenda putada! No entiendo porque hay gente que quiere que vayas a su boda si hace más de una década que no los ves. ¿Tendrán ganas de compartir ese “maravilloso” momento de su vida contigo?, ¿o simplemente lo que quieren es hacer negocio? Me jode un huevo de pato que me estropeen un fin de semana. Para un par de días que tengo a la semana para hacer y  vestir como me sale de la web, tú me obligas a ponerme de nuevo el traje e ir a un garito con música muy chunga regentado  por un tío con pinta de gótico, donde el único que puede privar es él. ¡No me digas que eso es un buen plan!

La que viene a la mente cuando me invitan a una boda es: ¿Por cuánta pasta me saldrá? Porque lo primero que hace tu querido “viejo amigo” es darte el número de cuenta para que le ingreses el regalo. Aquí el dicho “de la intención es lo que cuenta o con tu sola presencia me basta”, no vale. Si aún por encima tienes la suerte de ser gallego como yo, la broma te saldrá por un pico. Porque aquí en mi tierra, las bodas se celebran por todo lo alto y es que ponen como mínimo cuatro tipos de marisco antes de pasar a buena carne y pescado. Por lo que el menú como mínimo sale a unos 100 € por barba. ¡Y claro les acabas ingresando un porcentaje a mayores proporcional a tu generosidad o inversamente proporcional al número de bodas a las que hayas asistido con anterioridad ese año!

La verdad es que las bodas te regalan un montón instantes para la reflexión. Cuando estoy en misa siempre me hago la misma pregunta: ¿Qué hago aquí rodeado de tanta gente emocionada cuando esto no me importa ni un pepino? Al final este momento tan íntimo se acaba rompiendo por algún tremendo trasero que se interpone en mi mirada (mi concentración es muy frágil).

Luego llega el momento del convite. En el que te sitúan en una mesa redonda con gente de tu quinta, pero que no has visto en tu puta vida. Al principio se hacen los simpáticos. Pero cuando ya tienen medio litro de alcohol en vena empiezan a parecerse a la Duquesa de Alba. Mientras, sus parejas hablan de sus cositas, critican a esta y a la otra por el vestidito que llevan. Llegando al clímax cuando hablan de lo guapa (aún que esta sea un auténtico cardo borriquero) que va la novia. Lo peor viene después, cuando la parejita de recién casado inaugura el baile. Es un auténtico esperpento ver como señores y señoras de casi 100 años bailan todos borrachos al ritmo de algún tema de Pitbull.  Llegando otro momento intimista de la noche en el que piensas: ¿Qué coño hago aquí?

Por todos estos motivos no pienso volver a ninguna boda salvo que sea de alguien muy cercano, en la que confieso que me hará mucha ilusión asistir.

Un abrazo,

Rato Raro


jueves, 13 de mayo de 2010

¡Zp la has liado parda!

Tenías a los sindicatos comiendo de tu mano a pesar de los más de 4 millones de parados y el cierre masivo de empresas.  No se iban a molestar  por la retirada del cheque “bebe”, al fin al cabo no es una mala medida para el aumento de la venta de preservativos. Tampoco les iba a importar demasiado que congelases las pensiones, el problema tiene solución fácil, sólo hace falta que nuestros mayores dediquen más horas a dormir y  gastar menos. Estoy seguro que los médicos resolverían lo del recorte del gasto farmacéutico recetando juanolas en vez de clamoxil.

Pero querido ZP, hay cosas que un verdadero sindicalista, sobre todo si esta liberado, no puede admitir, ¿Cómo se te ocurre recortar el salario a los funcionarios?, por cierto esto me acaba de recordar mi última visita al registro del ayuntamiento, estaban dos funcionarios en la ventanilla, cuando uno bostezo y le dijo su compañero “Manolo tomate un café” y este contesto “No que me espabila”.

Ahora tendremos después de casi 3 años de crisis una huelga. ¡Odio las huelgas!, a mi me gusta volver andando tranquilo después de una dura jornada trabajo,  ahora temo el día en que una multitud enloquecida de “trabajadores funcionarios” no me dejen disfrutar de uno de los momentos más bellos del día. Se que además  quemarán todas las papeleras, ¿Dónde echare entonces todos mis clínex usados?, ¡Joder, es primavera y tengo alergia al polen!, acabare con los bolsillos llenos, ¡Redios odio los efectos colaterales de este recorte!

Por favor ZP, espero que no se te ocurra recortarles las vacaciones, en especial a los profesores, porque nos van a quemar el barrio, después de que me hubiera quedado tan bonito gracias a los fondos tan bien invertidos del Plan E. No quiero que me estropeen las 40 macetas colgantes y farolas que ahora adornan la calle donde vivo que apenas llega a los 100 m2.

Creo que tus amigos de la ceja, te van a dejar solo, ¡esta vez si que la has liado parda!

Un abrazo,

RATO