martes, 12 de abril de 2011

Trabajo, amigos y limpieza


Hay momentos en los que parece que todo va bien, sin embargo en otros la vida te enseña los dientes. Llevo tanto tiempo enfrascado en mi trabajo que no me he dado cuenta que me he vuelto un lobo estepario. Si estas trabajando en varias cosas a la vez, llega el inexorable día en el que pierdes la conexión con el mundo real.

Durante los primeros días no me preocupé. Pero cuando llevo más de 3 meses sin ver a ninguno de mis amigos, me empiezo acojonar un poco. Me termino de acojonar del todo, cuando mis amigos me dicen que soy un puto amargado, que sólo les hablo de lo mal que me va en el trabajo y de la mierda de vida que llevo.

Al final, se que siempre me acabo reponiendo, e intento darle un vuelco a la vida con la mejor de las sonrisas.  Preparo mi agenda para pasar una temporada de turismo por casa de amigos y familiares, recuperando así la conexión con el mundo terrenal. Aunque, para ser sincero, suelo acabar medio desquiciado en cada casa, porque cuando dejo de contar mis putos problemas, son ellos quienes me cuentan los suyos, con lo que no me queda más remedio que joderme y escuchar. Si no lo hago se mosquean, dejan de ser mis amigos y me obligan a buscarme otra gente con nuevas manías y problemas que no conozco, hasta que me vuelvo a cansar de escucharlos y el bucle se repite hasta el infinito. Por eso, he decidido estar, cuando pueda, con los mismos amigos de siempre, aunque es mucho más rutinario, me ahorro tiempo y trabajo.

Cuando llegue el día en el que vuelva a tener un montón de curro, ese que acabará ocupando 16 horas de mi triste vida, las otras 8 horas las dedico a descansar, volveré a vivir como un zombi solitario.

Algunos pensarán que no tengo derecho a quejarme porque ahora tengo más pasta (aunque lo que cobro siga siendo una miseria), pero no tengo tiempo ni para limpiar mi casa. Así que  a principios de año acabe contratando a alguien para que se ocupara de ello. Le dije a mi madre que se encargará de la selección. Ella con muy bien criterio me acabo escogiendo a una chica soltera de mis años,  que no esta nada mal. Así, por lo menos, cuando entre en mi casa y la vea, mis ojos, mi corazón y mí... se acabarán llevando una alegría. La verdad, es que no puedo quejar, ella siempre se preocupa porque mi “loft” este perfecto. Ahora cuando vuelvo a casa lo flipo en colores, la veo perfectamente limpia, mis camisas perfectamente planchadas, mi armario ordenado...parece que la vida me vuelve a mostrar su lado más amable, gracias a alguien que se ha empeñado en limpiarla y ordenarla.

Ya no me preocupo de lavadora,  ni de limpiar la bañera, sólo me preocupo de dejar los calcetines y calzoncillos en el cesto de la ropa sucia, no quiero que piense que soy un guarro. Los problemas me surgieron cuando me dejó una lista con mil productos que tenía que comprar. Desconocía que hubiese tanta variedad, para los que no lo sepan como yo, existen productos para la cocina, el baño, la loza, la ropa, el suelo, los muebles, los cristales y unos cuantos más de los que ahora no me acuerdo. ¡Joder!, antes de contratarla solo tenía tres: uno para la loza, otro para la lavadora y  como no la lejía (el producto de limpieza que sirve para todo, si tu casa esta sucia: la desinfectas con lejía y ya no corres ningún riesgo de contraer alguna extraña enfermedad).

Lo peor es que la semana pasada no pudo venir porque se encontraba mal y tuve que hacer las labores de la casa durante el fin de semana. Me decidí a limpiar con la enorme gama de productos que ahora tengo, pero como no tengo ni puta idea de para qué sirve cada uno, los destapé, los olí un poco y los fui usando a discreción. La verdad es que hice algunas mezclas que olían bastante bien. Soy consciente de que probablemente haya terminado lavando los calzoncillos con lavavajillas y que usará el limpia cristales para lavar la loza, pero yo no he notado nada. Sinceramente pienso que todos funcionan igual, pero por no herir sus sentimientos prefiero no decírselo a la chica de la limpieza. Ahora, gracias a la experiencia de este fin de semana, he desarrollado una técnica cuasi perfecta para una limpieza magnifica que consiste en usar tres líquidos de diferente color escogidos a boleo, para cada cosa. Esta técnica es casi infalible, sólo falla a la hora de fregar el suelo. ¡Qué quebraderos de cabeza me ha ocasionado su limpieza!

Le he dado mil vueltas a mi cabeza y  he pedido consejo a todas mis vecinitas, pero me hablan de mil productos que después de haberme dejado medio sueldo, mi suelo sigue igual de sucio. Os diré que incluso compré ese fregasuelos que anuncian en la tele donde una señora le quita el tapón y le sale un genio que le deja el suelo como un espejo. Pero siempre que voy a la compra me acaban engañando, me lo vendieron sin genio  o se debió morir dentro del recipiente. Llevo 24 horas con el envase abierto y el genio sigue sin salir. He seguido probando más productos, pero nada.  Me ha quedado el suelo raro, como pegajoso. Lleno de pelos de mi perra que he intentado quitar con una espátula, que también se me ha quedado pegada y no puedo quitarla.

He llegado a la conclusión, de que lo que realmente ocurre, es que la gente que se dedica profesionalmente a la limpieza y las madres conocen un ingrediente secreto que transmiten solo cuando consideran que tú puedes valerte por ti mismo, sin pedirles ayuda. Mi madre a pesar de mis treinta y tantos, considera que todavía no he llegado a esta fase de la vida.

Tengo que reconocer públicamente que he observado sigilosamente a mi chica de la limpieza, escondido tras las cortinas para ver el ingrediente secreto que utiliza (¡vale!, también porque me gusta ver su trasero cuando se agacha), pero lo debe echar en algún momento en el que me  descuido o mi mente se pone a pensar en... Yo os juro que intentado limpiar el suelo con los mismos productos de limpieza que ella usa, pero es que no hay ni punto de comparación. Ahora que estoy a punto de meterme en el sobre, he llegado a la conclusión de que debe tener un frasquito con el ingrediente secreto entre sus ropas y que lo echa sigilosamente cuando no la veo. Tiene que haber una razón especial para que nadie quiera desvelarlo. Después de darle mucho a la olla creo que debe existir alguna amenaza de cortarles la lengua o sabe dios que tipo de tortura indochina, si desvelan el ingrediente secreto. No puede existir otra explicación. Al menos esta vez, yo no la tengo.

Un abrazo,

Rato Raro






  

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Rato

Trabaja y limpia el código y no llames a los amigos (jeje):
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Diana Rincewind dijo...

El mundo de la limpieza es francamente impresionante a la par que interesante. ¡Ánimo con él!

Un abrazo.

Rato Raro dijo...

Tengo que reconocer que aparte de no saber limpiar el suelo, tampoco se limpiar este puto código. Si no puedo llamar a mis amigos para esto, ¿para qué me sirven?

Un abrazo,

Rato Raro

jaramos.g dijo...

Rato, al final me has "revelado tu rollo", me has contado tu vida y tus problemas. Mmmm. Eso es que me consideras amigo, ¿no? Gracias. Me hallo ya facultado, entonces, para volcar aquí mis cuitas cuando encarte. Salud(os). (jejeje)

Rato Raro dijo...

Jaramos por supuesto que te considero mi amigo y como tal tienes todo el derecho del mundo amargarme de vez en cuando con tus problemas.

Un abrazo,

Rato Raro