viernes, 16 de septiembre de 2011

Miserables PIGS

Estoy  harto de oír, leer y soportar todo tipo de noticias sobre intervenciones de facto y futuras en los países denominados PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España- uniéndose, en los últimos meses, a este notable grupo Italia). Llamados así por su comportamiento irresponsable ante la crisis y por una serie de características políticas, económicas y culturales comunes, como son las de a ver sufrido largos regimes dictatoriales o gobiernos de corte muy conservardor, rigidez doctrinal (católica u ortodoxa),  estructura pública escasa, política fiscal regresiva (predominio de impuestos indirectos sobre los directos) y baja carga impositiva entre otras, que según un buen número de  expertos economistas de centro y norte de Europa, los han llevado a a la actual situación de crisis. Yo, aún que no niego su parte de culpa, considero que también han tenido una notable influencia, las medidas adoptadas por sus gobiernos, bajo la dictadura de los mercados financieros.

Para los que no estén muy duchos en el funcionamiento de los mercados secundarios de deuda pública a largo plazo, intententaré explicar mi visión sobre los efectos de estos en la economía de estos países.

La cosa suele empezar así, un país con ciertas dificultades financieras emite deuda pública, los mercados financieros, manipulados por unos cuantos especuladores,  responden haciendo una enorme presión sobre el precio de la deuda (no compran al precio de salida),  para poder sacar de esos títulos un mayor redito. Lo que desemboca en una rebaja de la nota país de las agencias de calificacción (según la nota que se tenga, un país ofrece más o menos garantía para devolver el dinero que le han prestado).

Justo después, entran en juego Heide Merkel, Napoleón Sarkozy y otras instituciones benefecatoras como el BCE, FMI,.. “recomendando” la puesta en marcha de una serie de medidas que ayuden a reducir el déficit público. Esas  normalmente suelen de ser de dos tipos:

1) Aumento de impuestos indirectos (normalmente el IVA).

2) Reducción del gasto público.

Y ya con la cosa esta muy mal, se ponee en marcha una tercera gran medida que consiste en realizar un recorte en la nómina de todos los asalariados del país.

No hace falta ser economista, para poder prever los efectos devastadores que este tipo de políticas van a tener sobre la economía. Empezando por la primera de ellas: decir que el IVA es un impuesto indirecto que grava el consumo,  totalmente regresivo  (esto quiere decir que grava más a los que menos renta disponible tienen).  Así por ejemplo, en España, tenemos que pagar dos puntos más en productos que bajo mi humilde punto de vista son de primera necesidad (hacienda no piensa lo mismo) como la ropa y el calzado.
 ¿A quién le supone más dinero esta subida?, pues la respuesta es obvia al que llega más justito a fin de mes. La reacción lógica cuando uno tiene problemas de dinero es la comprar menos. Y si se compra menos, las empresas  venden menos, despiden gente, esta gente paga menos impuestos, el país no crece y sus ingresos disminuyen. Comentemos ahora la segunda receta, reducción del gasto público, normalmente suele consistir en una reducción del salario de los funcionarios (también son consumidores), reducción de personal laboral (vaya otros consumidores que las van a pasar canutas), recorte en el número de contrataciones públicas (o lo que es lo mismo menos contratos para las empresas), reducción del gasto público en sanidad y educación (esto prefiero ya ni comentarlo)...y un sinfín de cosas que reducen a un más la renta disponible de las familias, los ingresos de las empresas, los ingresos fiscales del estado, el empleo y el crecimiento económico.

Sobre la tercera medida, creo que no hace falta que de ningún tipo de explicación sobres sus efectos. ¿Y todo esto para qué?, pues para ganar un poco de credibilidad ante las agencias de calificación y pagar así menos por la deuda.

Resumiendo, ahora las emisiones de deuda nueva son más caras. No queda más remedio que pagar más intereses a un puñado de inversores que controla el mercado. Lo más curioso de todo esto, es que una vez aplicada la subida, las ofertas de compra (de deuda pública que antes nadie quería) se multiplican muy por encima de las necesidades financieras de estos países.

Una vez puesta en el mercado toda la deuda, los problemas económicos no tardan en llegar, como consecuencia de las medidas que se han adoptado y de los intereses más altos que se pagan. A mayores pagos, lógicamente los gastos que se pueden asumir son  menores y  estos países se ven obligados a realizar nuevos recortes, que inevitablemente frenan las perspectivas de crecimiento del país.

¿Y qué le dicen los gobernates a sus conciudadanos?-  pues nada,”que hay que apretarse el cinturón”. Mientras unos pocos, se enriquecen con los intereses que cobran o los impuestos que no pagan (gracias a instrumentos  financieros como las SICAV diseñados para que los más ricos tribueten por sus plusvalías al 1%).

Llegado este momento, cráneos privilegiados de la economía anuncian la “interevención”, “recesión”, “suspensión de pagos”, “quiebra” de algún maldito cerdo. Las agencias de calificación toman nota de todo esto y todo el ciclo se vuelve a repetir, hasta que no quede ni un maldito cerdo que llevar el matadero.

Un abrazo,

Rato Raro



2 comentarios:

jaramos.g dijo...

Colosal, Rato. Enhorabuena, maestro, por lo bien que nos lo has explicado. Lo único malo es el tema: vaya caca de sistema económico y financiero. Salud(os), una vez rescatado (no va con segunda) de tu abducción siciliana.

Diana Rincewind dijo...

Coincido (para no variar) con la opinión de Jaramos. No sé mucho de política y menos de economía, pero últimamente es imposible no enterarse (y obligarse a entender) lo que está ocurriendo.

Supongo que es lo mismo de siempre, los ricos más ricos y los pobres más pobres. Lo que no entenderé por más voluntad que le ponga es como se aprueba la aplicación de esas medidas económicas para "sacar adelante el país" si a fin de cuentas parece que lo único que consiguen es hundirlo más, o que flote, sí, pero ¿por cuanto y a qué precio?

Dicho esto, voy a ponerme al día. ¡Un abrazo!