sábado, 24 de septiembre de 2011

¿Serían los callos?

Nunca creí demasiado en el reiki, tantra, wok, sushi, sudukus y el resto de ciencias ocultas que atormentan las vidas de tantos mortales. Pero me esta sucediendo algo que me lleva a replantear toda mi existencia.


Ayer, después de salir del trabajo hice una paradita como todos los jueves en la Abadía, una cervecería próxima a mi casa que ese día de la semana tiene una promoción de tapas low cost. Decidí coger un periódico mientras esperaba por la zorza y los pimientos de Padrón. Ojee las noticias del periódico sin demasiado entusiasmo, hasta que no se muy por qué, me detuve a leer el horóscopo. Busqué mi signo que es Piscis. Y leo: Salud. Cuida tu colesterol, abusas demasiado de las grasas. Trabajo. Date un respiro, necesitas un poco de relax. Amor. Hoy discutirás con tu pareja.

Sonreí, y me dije para mis adentros, ¡joder!, con lo de la salud y el trabajo acertó de pleno pero con lo del amor llegó tarde. Mi novia me había dejado el jueves pasado. No tuve tiempo a lamentarme mucho, porque llegó Javi con las tapas, y como macho alfa que soy, no podía hacer dos cosas a la vez. Así que comí, pagué y me fui para casa.

Cuando abrí la puerta de mi loft, me encuentro a un tío gordo, con calzoncillos y sujetador de cuero (para ser un hombre tenía una delantera considerable) y unas pantuflas de Bob Esponja que empezó a gritarme. Yo me quede todo flipado y le dije:

¿Podría decirme quién es usted?, ¿Y qué hace así vestido en mi casa?

- ¿Qué pasa vienes tan pedo del bar que no sabes ni quién soy?

- ... Umm... (Pienso para mis adentros: Creo que solo bebí un par de claras con limón) pues la verdad es que no.

- Me parece increíble que no reconozcas ni a tu propio marido. Nunca te gusta lo que me pongo. Y que sepas que estoy harto de tu falta de puntería en la taza del váter. ¡Dios!, te repito las cosas mil veces, y tu sigues haciendo lo mismo. Mejor no digas nada como siempre. Bueno, te dejo que voy a ver a mi madre al pueblo. Supongo, que tú te quedarás en casa como de costumbre.

Me pellizque el trasero con todas mis fuerzas, y no, no estaba dormido. Me frote los ojos, y pensé que todo aquello había sido provocado por la falta de sueño. Después me senté en el sofá y me puse a divagar sobre el paralelismo de mi vida con la ZP. A los dos parece que la prensa visualiza nuestro destino, somos unos incomprendidos, siempre hacemos lo mismo, nos piden insistentemente que nos callemos y al final todo el mundo acaba dejándonos solos. Me reí y me fui a la cama, pensando que necesitaba un descanso urgentemente.

Hoy volví a la cervecería. Cogí el periódico con el objeto de quitarme todas las tonterías del día anterior. Volví a leer el horóscopo: Dolores de tripa intermitentes, en breve te vendrá el período. Ten cuidado con los cambios de humor.

Leer esto por fin me tranquilizo, ¿cómo puedo ser tan idiota para poder pensar que lo que pone el horóscopo es cierto?

Al poco tiempo empezó a dolerme la barriga. Nunca me había encontrado así. Me entró una mala hostia... Lo que pasó después prefiero no contarlo. Lo único que sé, es que no volveré a leer el horóscopo ni a comer callos.

Un abrazo,

Rato Raro 

viernes, 16 de septiembre de 2011

Miserables PIGS

Estoy  harto de oír, leer y soportar todo tipo de noticias sobre intervenciones de facto y futuras en los países denominados PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España- uniéndose, en los últimos meses, a este notable grupo Italia). Llamados así por su comportamiento irresponsable ante la crisis y por una serie de características políticas, económicas y culturales comunes, como son las de a ver sufrido largos regimes dictatoriales o gobiernos de corte muy conservardor, rigidez doctrinal (católica u ortodoxa),  estructura pública escasa, política fiscal regresiva (predominio de impuestos indirectos sobre los directos) y baja carga impositiva entre otras, que según un buen número de  expertos economistas de centro y norte de Europa, los han llevado a a la actual situación de crisis. Yo, aún que no niego su parte de culpa, considero que también han tenido una notable influencia, las medidas adoptadas por sus gobiernos, bajo la dictadura de los mercados financieros.

Para los que no estén muy duchos en el funcionamiento de los mercados secundarios de deuda pública a largo plazo, intententaré explicar mi visión sobre los efectos de estos en la economía de estos países.

La cosa suele empezar así, un país con ciertas dificultades financieras emite deuda pública, los mercados financieros, manipulados por unos cuantos especuladores,  responden haciendo una enorme presión sobre el precio de la deuda (no compran al precio de salida),  para poder sacar de esos títulos un mayor redito. Lo que desemboca en una rebaja de la nota país de las agencias de calificacción (según la nota que se tenga, un país ofrece más o menos garantía para devolver el dinero que le han prestado).

Justo después, entran en juego Heide Merkel, Napoleón Sarkozy y otras instituciones benefecatoras como el BCE, FMI,.. “recomendando” la puesta en marcha de una serie de medidas que ayuden a reducir el déficit público. Esas  normalmente suelen de ser de dos tipos:

1) Aumento de impuestos indirectos (normalmente el IVA).

2) Reducción del gasto público.

Y ya con la cosa esta muy mal, se ponee en marcha una tercera gran medida que consiste en realizar un recorte en la nómina de todos los asalariados del país.

No hace falta ser economista, para poder prever los efectos devastadores que este tipo de políticas van a tener sobre la economía. Empezando por la primera de ellas: decir que el IVA es un impuesto indirecto que grava el consumo,  totalmente regresivo  (esto quiere decir que grava más a los que menos renta disponible tienen).  Así por ejemplo, en España, tenemos que pagar dos puntos más en productos que bajo mi humilde punto de vista son de primera necesidad (hacienda no piensa lo mismo) como la ropa y el calzado.
 ¿A quién le supone más dinero esta subida?, pues la respuesta es obvia al que llega más justito a fin de mes. La reacción lógica cuando uno tiene problemas de dinero es la comprar menos. Y si se compra menos, las empresas  venden menos, despiden gente, esta gente paga menos impuestos, el país no crece y sus ingresos disminuyen. Comentemos ahora la segunda receta, reducción del gasto público, normalmente suele consistir en una reducción del salario de los funcionarios (también son consumidores), reducción de personal laboral (vaya otros consumidores que las van a pasar canutas), recorte en el número de contrataciones públicas (o lo que es lo mismo menos contratos para las empresas), reducción del gasto público en sanidad y educación (esto prefiero ya ni comentarlo)...y un sinfín de cosas que reducen a un más la renta disponible de las familias, los ingresos de las empresas, los ingresos fiscales del estado, el empleo y el crecimiento económico.

Sobre la tercera medida, creo que no hace falta que de ningún tipo de explicación sobres sus efectos. ¿Y todo esto para qué?, pues para ganar un poco de credibilidad ante las agencias de calificación y pagar así menos por la deuda.

Resumiendo, ahora las emisiones de deuda nueva son más caras. No queda más remedio que pagar más intereses a un puñado de inversores que controla el mercado. Lo más curioso de todo esto, es que una vez aplicada la subida, las ofertas de compra (de deuda pública que antes nadie quería) se multiplican muy por encima de las necesidades financieras de estos países.

Una vez puesta en el mercado toda la deuda, los problemas económicos no tardan en llegar, como consecuencia de las medidas que se han adoptado y de los intereses más altos que se pagan. A mayores pagos, lógicamente los gastos que se pueden asumir son  menores y  estos países se ven obligados a realizar nuevos recortes, que inevitablemente frenan las perspectivas de crecimiento del país.

¿Y qué le dicen los gobernates a sus conciudadanos?-  pues nada,”que hay que apretarse el cinturón”. Mientras unos pocos, se enriquecen con los intereses que cobran o los impuestos que no pagan (gracias a instrumentos  financieros como las SICAV diseñados para que los más ricos tribueten por sus plusvalías al 1%).

Llegado este momento, cráneos privilegiados de la economía anuncian la “interevención”, “recesión”, “suspensión de pagos”, “quiebra” de algún maldito cerdo. Las agencias de calificación toman nota de todo esto y todo el ciclo se vuelve a repetir, hasta que no quede ni un maldito cerdo que llevar el matadero.

Un abrazo,

Rato Raro



sábado, 10 de septiembre de 2011

El imperio de los sentidos (Un viaje a Sardegana: Día 5 + Muravera)


Hay maneras horribles de depertarse, entre otras se me ocurren:

- Tener una pesadilla con una tribu de bosquimanos que te han hecho prisionero y te hacen makumba hasta morir.

- Que este año desvien el itenenario de las procesiones de semana santa y pasen todas por tu calle a las 5 de la madrugada.

- Que algún simpatico te eche un cubo de agua fría por encima, mientras estas teniendo un sueño placentero.

- La mañana después de que tu vecina del piso de arriba comenzará las clases de claqué. En estos casos lo mejor es convencerla que las deje antes de que comienze con el modulo de flamenco.

Que todas tus vecinitas hayan parido recientemente, despertándote, cada hora y quince minutos, los llantos de algún adorable recién nacido.

Podría seguir la lista, pero seguro que no se me ocurría ninguna tan desagradable como la que sufrí la mañana de mi quinto día en Cerdeña.

Ahora, recuperado de nuevo el habla y superado el transtorno psicológico que me acosianó, me veo con las suficientes fuerzas para compartirlo con todos vosotros.

Pues bien, mientras dormía como un bebé, en posición fetal y abrazito a la almuhada, el trasero del Piu solto una tremanda ventosidad que impacto en toda mi cara, dejando mi pelo como el de un punk, mi corazón al borde del paro cardiaco y mis ojos aturdidos por la imagen, una vez más, de esos calzoncillos negros apretados.

Después de unos instantes de shock, me levante, fui hacia la ventana e intente hacerme con todo el aire que pude para mis maltrechos pulmones.

El Piu se reía, se preguntaba que hac decía que la culpa era mia por acercar mi cabeza tan peligrosamente hacia su pompis. Siguio contandome que él no podía responder de lo que hiciera su culo mientras dormía, sobre todo en un día de resaca.


Pues nada, me aplique el dicho de “a palabras necias, oídos sordos”, y nariz tapada. Me fui mareado y cabreado hacia la ducha, quedándome bajo el agua, hasta que la tensión arterial volvió a su presión normal.

Bien, era el momento de bajar a tomar el desayuno, dándole la oportunidad, por lo menos a uno de mis sentidos, de disfrutar de los primeros momentos del día. 

Estabamos cansados, apenas habíamos dormido y pensamos que era un buen día para pasar todo el día en la playa, dejando que la resaca se fuera con las olas.



Elegido el plan, solo teníamos que elegir el destino. Pense que era un buen día para ir a Poetto, la playa de Cagliari. Así que cogí el coche, me levante el cuello de mi polo, me puse las gafas de sol, mande subir al stronzo del Piu y emprendimos camino rumbo hacia la costa.

Eran apenas las 10:00 a.m, había un tráfico descomunal, supongo que porque era domingo. Todo Cagliari y parte del extranjero, estaba allí, en la carretera, tenía que ser un tio duro, no me amilane en ningún momento, comportándome como uno más de esos Kamikazes. Incluso me llegarón a insultar y llamar loco por mi conducción temeraria. ¡Hay momentos en la vida en la que uno se siente tremendamente orgulloso de si mismo!

Tardamos casí una hora en llegar a Poetto, cuando lo normal, serían unos 10 minutos. Buscamos un sitio para aparcar, pero nada, no había hueco ni para una escúter.

Decidimos cambiar de plan y dirigirnos hacia una playa próxima, donde hubiera algún lugar donde aparcar. Paramos al menos en tres sitos donde no había problemas para estacionar, pero eran horribles. Así que decidimos ir hacia alguna de las bellas playas de Villasimius que tanto nos habían encandilado durante el segundo día de estancia en la isla.

Al poco rato, nos dimos cuenta que no habíamos tenido una buena idea, nos movíamos a paso de tortuga, de hecho un par de perros y un gorrino, llegaron adelantarnos por el arcén.

Teníamos que pensar en una alternativa. Debía ser una playa no demasiado concurrida  pero que no estuviera mal de todo. Repasando en nuestra memoria más reciente, las playas de Muravera cumplían con todos estos requisitos. Es curioso como la vida te lleva a volver a lugares que si no llegan a ser por las circunstancias cósmicas jámas repetirías.

Después de un par de kilómetros, encontramos un desvío hacia Muravera. Al final resulto ser una autovía recién terminada. Lo que a la postre nos iba a facilitar que llegásemos antes de lo previsto.

La aguja del marcador de combustible se aproximaba peligrosamente hacia la reserva. Yo recordaba que en el centro de Muravera había una gasolinaera y por la distancia a la que nos encontrábamos podíamos llegar sin problema.

Llegados a Muravera hicimos la parada en la gasolinera. No contaba con ningún personal, quizás por ser domingo, pero se podía repostar ya que existía la posibilidad de realizar el pago en un cajero automático situado en el propio surtidor de combustible. El Piu se encargo de hacer el repostaje y el abono, bueno lo intento... No sabíamos porque extraña razón no conseguíamos que saliese ni una sola gota de gasolina, después de haber introducido un billete de 20 €. Estabamos allí parados, viendo para el surtidor, esperando encontrar una solución a nuestro problema. Después de 15 minutos de inacción, un coche paro a respotar y decidimos preguntarle que es lo que habíamos hecho mal. El Piu de dirigió hacia al conductor, le explico lo que nos pasaba, él salió de su coche se dirigió hacia el surtidor y se quedo mirando para él, del mismo modo que lo habíamos hecho antes. Su mujer al ver a tres idiotas mirando para el surtidor, salió del coche y se dirigió hacia nosotros. No hizo falta que le explicásemos nada, nos dijo que eso a veces pasaba cuando alguna de las mangueras estaba mal colocada en el surtidor. Solo había que colocarla bien y nos echaría combustible sin problemas. Dicho y hecho, esta claro que el cerebro de una mujer es más de tres veces el cerebro de un macho alfa.

Obviando el rídiculo que habíamos hecho en la gasolinera, nos dirigiomos hacia a una de las playas de Muravera. Decidimos ir a una distinta de la que habíamos ido nuestro segundo día en la isla. Para no complicarnos mucho la vida, acordamos parar en el primer cartel en el que pusiese spiaggia que nos encontrásemos. Cuando nos metimos en el desvio hacia a la playa, el Piu, grito: ¡PARAAAAAAAAAAAA!, ¡Dios!, casí me da un vuelco el corazón. Pensé en lo peor..., que había atropellado a una ardilla o algo así. Deje el coche a un lado de la carretera, baje tembloroso, mire entre las ruedas, pero nada...Mientras yo revisaba los bajos del automóvil, el Piu estaba todo feliz al otro lado de la carretera, haciendo fotos a unos flamencos rosas. Menudo susto, esto me pasaba por no saber neardental.

Después de unas fotos, el neardental, perdón el Piu y yo nos fuimos hasta  la playa. Buscamos un sitio con sombra donde refugiarnos del sol abrasador. Lo único que encontramos fue en una esquina de la playa unos matorrales con árbustos, llenos de excrementos secos, creo que de cabra. En la vida muchas veces no te queda más remedio que elegir entre dos opciones no demasiado buenas. Nosotros nos decantamos por las cacas de cabras, no se si era la mejor alternativa pero si la que más no me apetecia. Limpiamos un poco la zona y nos tumbamos bajo la sombra de un arbusto. Después de una minisiesta disfrutando del olor a naturaleza, nos fuimos corriendo a darnos un baño, la arena quemaba de cojones. Después de un rato fuera de nuestra hábitat (o lo que os lo mismo los sucios matorrales), secándonos y achicarrandonos en la arena, decimos irnos a comer al centro de Muravera. Según el Piu porque había un montón de sitios para saciar nuestras tripas.

Una vez en Muravera, hicimos recuento de restaurantes abiertos, el total era de uno. Entramos ya que no teníamos otra opción, invitándonos a marchar el camareri acto seguido porque eran las 15:03 h y a partir de las 15.00 h no servían comidas. Ante esta situación, solo teníamos dos opciones:

1) Ir al chiringuito de playa al que habíamos ido nuestro segundo día en la isla y tomar una deliciosa hamburguesa reserva 2005.
2) Coger el coche y probar suerte.

   Como somos unos puristas con eso del año, solo nos gustan platos del 2011, nos decantamos por la segunda opción. De hecho ambos recordábamos que había un restaurante en la carretera caminio a la playa en la que habíamos estado. Cruzamos los dedos, yo además toque la cabeza del Piu, y cogímos el coche. En cinco minutos estábamos allí. Entramos y le preguntamos a una camereri, si todavía era posible comer. Se hizo el silencio, nos miro con cierta pena y finalmente nos dijo que si. Pedimos los dos pasta, siendo lo más destacable de la comida, a parte de lo buena que estaba, que no pedimos birre para beber, quizás por el efecto resaca.

Después de comer decidimos ir a ver una tumba funeraria  nuraghica, situada próxima al centro de Muravera, que una vez vista nos desilusiono bastante porque se encontraba en un estado lamentable de conservación.

Agotados de nuestra visita cultural en Muravera, decidimos ir en búsqueda de una nueva playa en las proximidades. Antes de coger el coche, decidimos fumarnos un pitillo a la sombra de un árbol. Mientras estaba allí charlando sobre alguna chorrada de la que ya no me acuerdo, un gatito enfermo se acerco a nosotros mahullando. El pobre quería algo de comida, nosotros no teníamos ni un triste mendrugo pan, por lo que no le pudimos dar nada. ¡Dios no se separaba de nosotros!, cada segundo se me encogía más el corazón. El Piu para distraer al michiño, lo llamo y empezó alejarse de mí para darme la oportunidad de que cogiera el coche sin que este me siguiera y corriera el riesgo  de ser atropellado. Subí al coche, lo arranque y el Piu corrió hasta subirse. Lo dejamos allí sólo, a su suerte, deseando, en silencio, que algún buen samaritano lo adoptara. Ahora sé lo que significa hacerse mayor, creo que no es más que aprender a torcer la mirada y sentimientos, como si nada pasara a nuestro alrededor quizás sea la única manera de ser feliz.

Buscamos otra playa en las proximidades, mientras  un sonidito había secuestrado mi cabeza “Miau, Miau, Miau”. Encontramos una al poco tiempo. Esta tenía, en sus proximidades, una especie de jardín arbolado en la que decidimos descansar un rato. A simple vista parecía un buen lugar, no había excrementos que pudiesen enturbiar nuestro descanso, pero pronto descubrí que la caca no era nuestra única enemiga. No tuve más que posarme encima de mi toalla para darme cuenta de que una especie de pinchos vegetales se clavaban por todo mi cuerpo. Me pase un buen rato  barriendo toda la vegetación, hasta que en el suelo solo quedaba tierra. El Piu, paso de todo, el tiene acostrumbadas sus posaderas a cualquier tipo de objeto punzante. Así que, se sento, cogío un libro y se puso a leer como si fuera un faquir encima de un montón de clavos, experimentando algún tipo de experiencia orgásmica. 

Llego el momento en el que me canse de estar en una toalla sobre un suelo perfectamente limpio y me fui a darme mi último baño en Cerdeña. El Piu decidio dejar sus placeres sadomasos y me acompaño. La playa era chiquita, con un montón de piedras y rocas, pero tenía su encanto. El Piu para divertirse se puso hacer el ballenator en el agua. La poca gente que había en la playa pareció no captar su sentido del humor y fue abandonandola poco a poco. De hecho llegamos a quedarnos solos. ¡Parece que ese era nuestro destino en la isla!

Llego el momento de volver a nuestro hotel. Por desgracia, las aventuras estaban llegando su fin. Tenía que aprovechar para disfrutar mis últimos momentos en las carreteras de Cerdeña, así que me puse las gafas de sol, subí el cuello de mi polo, ignore los espejos retrovisores, y cualquier tipo de palanca que accionase alguna luz que pudiese distraer la conducción de mis convecinos en la carreta. Me deje llevar y disfrute de las pequeñas cosas del camino, las largas colas, los insultos de otros conductores, del arcen, los frenos...

Y si, esta vez, llegue a la primera el hotel. Subimos, nos duchamos y nos preparamos para nuestra última cena en Cerdeña. Podíamos elegir entre un montón de restaurantes en Cagliari, pero nos pareció una buena despedida cenar en la bocatería ambulante donde tantas Ichunsas nos habíamos tomado, disfrutando del bello paisaje de la circonvallazione. Yo me despedí cenando un würstel y el Piu una hamburguesa, acompañados, eso sí, de nuestra cerveza favorita. Fue duro decir adiós a aquel puesto decadente, de pan reseso y de toldo imaginario.

Al llegar a nuestra habitación, supongo que por la emoción que nos embriagaba, no nos entraban las ganas de dormir. El Piu, se puso a leer y yo empezé a ver una pelí en alemán, creo que se titulaba Spun y su actor principal era Mickey Rourke. La verdad es que no me enteraba de nada pero me quede super engachado desde el principio. Me he prometido no verla en castellano, porque supongo que echaría abajo el argumento de la pelí que fue escribiendo mi única neurona, mientras visualizaba aquellas imaganes sobre unos tios que no paraban de meterse de todo.



Como todo tiene su final, la pelí se termino, apagamos la luz y puse el despertador a las 9:00 h para que nos diera tiempo a disfrutar de nuestro último desayuno.

Un abbraccio,

Rato Raro