Estoy deseando que llegue el último día de este año, tragarme esa última uva y liberarme de todo lo malo que me ha pasado durante este último año. Quiero que llegue el momento cero, ese que se produce cuando el familiar con más ingenio (también llamado “avispilla), al brindar, nos dice “Año nuevo vida nueva”.
No sé si os pasa a vosotros, pero yo, año tras año, no noto que mi vida cambie... en la mañana de año nuevo, me despierto con la misma terrible resaca, un dolor de espalda infernal, empachado de nuevo por polvorones, mis rizos llenos de confetis y restos de serpentinas... luego me levanto, sin saber que va a llegar el momento más aterrador del año. Este sucede cuando camino con ciertas dificultades hacia el cuarto de baño y veo las alfombras llenas de ceniza, resto de mazapanes, turrón y polvorones pisados en el suelo...después de mingitar, siento la necesidad imperiosa de tomarme un café, pero al llegar a la cocina, compruebo que no hay ni un puto vaso limpio y me lo acabo tomando en el recipiente donde pongo el cepillo de dientes.
Y claro, después de esto me pregunto:” ¿Por qué tuve que darlo todo la pasada noche?, ¡Joder!, ¡sabía que tenía que retirarme cuando empecé a cantar el miudiño..."
En ese momento, sufro como todos los años, un pequeño estado de shock, donde no se que día es (a pesar de todas las pruebas descritas anteriormente), ni que hora y aún menos me acuerdo del mes ni el año que acaba de comenzar.
El año comienza para mí, cuando me tomo varios recipientes de pasta de dientes con café y una tostada untada con 250g de tonopán (un sustitutivo de la aspirina, a la que soy alérgico). ¡Joder!, ¡cómo me gusta ese momento!, ese en el que empiezo a emparanoñarme sobre todo lo que hice mal el año pasado y empiezo a diseñar un plan director con los cambios drásticos que voy a realizar en mi vida. Estos acaban derivando inevitablemente en los buenos propósitos que repito año tras año. Dando como resultado la siguiente lista:
1. Dejar de fumar, ¡es el momento ZP lo ordena! ¿Por qué coño fumo cuando me tomo unas copas o un café?, ¡si el resto del tiempo no lo hago! Como toda decisión importante requiere algo de margen por lo que después de Reyes no vuelvo a comprarme un paquete de tabaco. Este propósito sé que va a tener efectos colaterales sobre mis amigos que fuman y como todos los años, me acabarán escondiendo su cajetilla cuando nos tomemos unos cubatas.
2. Hay que ahorrar, ¡coño que estamos en crisis!, pero claro eso conlleva olvidarse de los viajecitos, pasar largas y aburridas noches en familia, no poder ir a las rebajas, beber vino Don Simón y cerveza Cruzcampo..., soy consciente de que al final acabaré dejando este absurdo propósito de lado y la cuesta de enero se me hará como el Montblanc.
3. Perder esos Kilitos que me sobran. Supongo que todos me diréis que estoy loco, que con el tremendo cuerpecito que tengo no me hace falta... pero ¡por Dios!, miraros de una vez al espejo, lo que os pasa es que estáis todos como un luchador de sumo y claro así es fácil pensar que soy un Adonis. Amigos, necesito adelgazar, me siento mal recordando todo lo que he devorado estas navidades. He decido autocastigarme y ponerme a régimen, porque lo del ejercicio físico lo llevo bastante mal. Voy a llenar la nevera de peras, manzanas, lechugas, muesli y biomanan. Me pesaré cada día en la primera farmacia que vea y pegaré el ticket en la puerta de la nevera, con un imán que le robe al hijo de mi vecina. Así, cada vez que lo vea, aumentarán mis ganas de adelgazar.
Espero que el año 2011 sea diferente y que todos los buenos propósitos que me he marcado no se desvanezcan durante la primera semana del año, al igual que en el 2010. Cuando, la víspera de r
Reyes, se medio por luchar encarnizadamente con unos niños, por unos tristes caramelos que habían lanzado los Reyes Magos y claro después de tanto ejercicio se medio por comer el 1,54 Kg de los dulces que me había llevado de malos modos. Luego, al día siguiente sufrí un fuerte sentimiento de culpa que desemboco en un ataque de ansiedad, llevándome a engullir un roscón de Reyes, yo solito. Lo único bueno de esto, es que me hice con todas las sorpresas que llevaba dentro. Todo esto me deprimió bastante y acabé en un garito tomando unas copitas, fumándome un cigarrito y gastándome los últimos euros que me quedaban en un bingo regentado por el Inserso.
Reyes, se medio por luchar encarnizadamente con unos niños, por unos tristes caramelos que habían lanzado los Reyes Magos y claro después de tanto ejercicio se medio por comer el 1,54 Kg de los dulces que me había llevado de malos modos. Luego, al día siguiente sufrí un fuerte sentimiento de culpa que desemboco en un ataque de ansiedad, llevándome a engullir un roscón de Reyes, yo solito. Lo único bueno de esto, es que me hice con todas las sorpresas que llevaba dentro. Todo esto me deprimió bastante y acabé en un garito tomando unas copitas, fumándome un cigarrito y gastándome los últimos euros que me quedaban en un bingo regentado por el Inserso.
Feliz año 2011,
RATO RARO