Normalmente cuando alguno de mis amigos se echa novia, estas acaban odiándome o acosándome por el mero hecho de que soy un partidazo, un autentico bragetazo y físicamente podríamos decir que soy un tipo muy guapo, alguien tremendamente apetecible, ¡mucho más que el pardillo de su novio! Todos estos factores han contribuido a que vaya perdiendo amigos a medida que estos se iban echando novieta. Incluso cuando estas los acaban dejando, siguen sin querer saber nada de mí, nuestra relación nunca vuelve a ser la de antes, cuando compartíamos risas, cervezas y nuestras miradas se iban juntas a las del algún culito cachondon.
Pero ayer cuando entre en mi loft, después de volver del trabajo sucedió algo inesperado, sonó mi móvil, lo cogí y veo que pone en la pantalla “Tono”. Hacia más de dos años que no sabía nada de él, justo desde que discutí con la listilla de su novia sobre algún tema absurdo que no alcanzo a recordar.
Descolgué el teléfono, oí unos sollozos, una voz entrecortada que me decía: “Lo he dejado... con mi novia... y necesito que vengas a mi casa..., necesito hablar”. No me lo pensé ni un nanosegundo, por un amigo lo que haga falta y salí raudo y veloz, cogí mi triciclo y me dirigí hacia su pisito.
Cuando llegué a su casa, lo que vi era demoledor: mi amigo llorando en pijama, fotos rotas por el suelo, latas de cerveza, un porrito de “maria” mal apagado. Después de ver aquello, necesitaba tomar algo de aire, despejarme, reflexionar sobre cual era el mejor modo de ayudar a aquel pobre desgraciado.
Salí a su terraza y mirando hacia el infinito y más allá, me hice una serie de preguntas: “¿Por qué coño las parejas se rompen?, ¿Por qué cuando estamos haciendo el amor decimos tantas tonterías que en frío no las pensamos?, ¿Por qué mi amigo tiene un pijama tan feo?, ¿Por qué cuando las novias de mis amigos me ven en pijama solo piensan en poseerme?
Me puse a cavilar en los pequeños momentos que van marcando nuestras relaciones de pareja, como cuando tu chica te regala una foto con ese vestidito horroroso que llevaba en fin de año para que la pongas en el salón de your home. Luego a medida que avanza la relación te acaba regalando otra en la que esta en traje de baño, al lado de sus padres que tanto te odian, para que la pongas en la mesita de noche. Al final, cuando todo se va al carajo, acabas recortando las cabezas de sus fotos y las acabas poniendo de posavasos.
¿Por qué cuando empiezas a salir con tu chica, pones en tu móvil un corazoncito con su nombre y una canción de Nena Daconte, para que salgan cuando te llame?, ¡Vale soy así, un puto hortera!, ¿Y qué?, ¡panda de hipócritas seguro que vosotros hacéis cosas peores! Luego, cuando cortas con ella, pones en el teléfono en vez de su nombre las palabras: NO COGER, QUE LE DEN POR AHÍ, mientras suena una canción de Pimpinela.
Me pregunto todos los días antes de acostarme y después de haber rezado el “Jesusito de mi vida”, ¿qué ha sido del amor eterno que se profesaban Romeo y Julieta?, ¿Qué ha sido de los amantes de Teruel?, ¿de Pedro y Heidi?, ¿de Epi y Blas? , ¿Dónde esta el amor verdadero?
¿Por qué la chica tan dulce y cariñosa que conociste acaba cambiando?, y mucho más importante aún ¿Por qué coño nos quieren cambiar?, ¿no se supone qué se han enamorado de nosotros por cómo somos?, ¿O sólo quieren disfrutar de nuestros cuerpos y moldear nuestro comportamiento a su antojo?, ¿Por qué sólo piensan en hacer cosas aburridas cuando apenas llevas un mes de relación?, ¿Por qué si te conoció en un pub todo borracho, a la semana no te deja salir por la noche con tus amigos y si lo hace sale contigo y te pide un acuarios?
Lo peor empieza cuando te obligan a ver “Mujeres, hombre y viceversa, ¡estoy hasta la web de Emma García!, todo esto te acaba llevando a caer un maldita rutina en la que reírse está prohibido, ¡joder, reírse es bueno! Recuerdo que mi última novia, la única vez que parecía que se reía fue en el dentista, cuando este le abrió la boca para sacarle una muela.
¿Qué me decís del tema del sexo en pareja?, ¡mejor ni hablamos!, no se porque este tema me recuerda a la Duquesa de Alba y su último churri.
Después de hacerme todo este tipo de preguntas, me marche de casa de mi amigo, cabizbajo, sin haberle dirigido ni tan solo una palabra. Lo siento por él, ¡de verdad!, posiblemente sea un caso perdido, en estos casos es mejor no malgastar tu tiempo.
La moraleja que supuso para mí este período reflexivo, es que cada vez tengo más claro que como mejor se esta es soltero, sin pareja, echando un “caniuei” cuando la cosa se tercie y sin ningún tipo de fotografías en tu casa.
Os quiere,
Rato Raro