Mostrando entradas con la etiqueta Cuentecillos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cuentecillos. Mostrar todas las entradas

sábado, 3 de noviembre de 2012

FLORO EL EMPALADOR

Hace algún tiempo, más concretamente 1.200 años, 6 meses y 27 días, había una pequeña villa con sus montañas, sus nubes de algodón, sus pajarillos cantores y un sol precioso de día y tímido por la noche. Había un castillo en el que vivía un príncipe muy valiente y vigoroso, gran guerrero, con bigote, gafas de pasta y fular en el cuello. Sé que estos últimos detalles no son relevantes, pero me gusta ser lo más preciso posible.


Una mañana, el príncipe estaba preparando la silla de su caballo Leónidas para ir a la guerra. Llevaba más de 25 batallas en tres días. Cuando el valiente príncipe (un hombre luchador sin piedad) se disponía a ensillar su caballo para ir a la última batalla de la semana, el caballo le miró fijamente y le dio una coz en sus pelotas. En ese momento, el príncipe se puso azul y tras unos segundos de shock testicular, pegó un enorme chillido que se oyó en cada uno de los rincones de su enorme reino. De sus ojos no paraban de salir lágrimas que no podía secarse por tener ambas manos en sus partes nobles. Se quedó mirando para su caballo Leónidas, y después de lanzar más de mil y un improperios, le dio un tremendo puntapié que le golpeó en todo el prepucio.

Desde aquel día ambos cambiaron. No paraban de llorar cada vez que se sentaban junto al televisor, con sus pijamas de ositos, para ver una reposición medieval de la telenovela “Cristal”, mientras dibujaban corazones en una carpeta con las fotos de un tal Pedriño de “¿Quién quiere casarse con mi hijo?” Empezaron a llevar atuendos más coloridos y alegres, se hicieron mechas y se cortaron el flequillo very casual.

El príncipe y su bello corcel, seguían luchando en cada batalla sin piedad, cambiando la espada por la estaca, con la que empalaban, una y otra vez, a cada uno de los hombres a los que hacían prisioneros.

Un día su padre, el rey, preocupado por los métodos de tortura de su hijo, le dijo:

 Hijo, ¿Qué pollas estás haciendo?

A lo que el hijo le contestó:

- Padre, desde hoy seré el Príncipe Floro y mi bello corcel pasará a llamarse Leoncio. Quiero que sepas que desde recibí la coz, además de provocarme un desprendimiento parcial del huevo izquierdo, hizo que saliera mi autentico yo. ¡PAPA SOY UNA LOCA Y NO PARO DE PENSAR EN PENETRAR LINDOS TRASEROS!

- Hijo tengo que decir una cosa, llevo engañando 6 meses a tu madre con el bufón de la corte. ¡HIJO YO TAMBIÉN SOY...!

Antes de que su padre terminara de hablar, el príncipe Floro se fundió en un fuerte abrazo con él.

Y desde entonces, vivieron todos felices y comieron "perdices", excepto la madre que nunca pudo superar aquello y se hizo monja.

Un abrazo,

Rato Raro

sábado, 22 de septiembre de 2012

EL ASOMBROSO CASO DEL NIÑO MENGUANTE


Una vez en una bonita aldea, con su jardín, sus animales domésticos y sus cuencos de leche. Justo al lado del reformatorio y el cementerio vivía  una familia. Un día la madre dio a luz un precioso niño.  Los abuelitos estaban felices. Siempre se quedaban con el bebé cuando sus  padres se iban de fiesta. La verdad, es que a parte de cuidar de su nieto, no tenían otra cosa mejor que hacer que pagarle la hipoteca y las letras del coche a su hijo y nuera. Pasaron los meses y el niño ya sabía decir todas las palabras del diccionario, pero no crecía, de  hecho había menguado. Había pasado de los 65 cm, hasta los 62,8 cm en tan sólo 4 meses. Al principio eso preocupa mucho a su familia, pero después de un par de mojitos, se tomaron todo a risa y empezaron a tirarle trocitos de fruta a la cuna. Es más, le sacaban fotos y las subían al Facebook para que todos sus colegas pudiesen descojonarse.

Con 16 añitos el niño tan sólo medía 20 cm, así que su madre decidió que era el momento de dejar de darle el pecho para no correr el riesgo de ahogarlo. Para  poder seguir alimentándolo, compraba todas las mañanas quesitos Mini Babybel y miniembutidos Campofrío.

Un día, con 25 años,  mientras descansaba en la mano de su abuelito, vio una foto de sus padres, y contrariado por lo que estaba mirando preguntó:

- Abuelo, ¿por qué yo no salgo en esa fotito?, ¿es por qué soy tan pequeñito que no se me ve?

 No Little, es que ahí todavía no habías nacido.

 Entonces “abu”, ¿dónde estaba?

 Umm..., ¿pues dónde va a ser?.... en el pito de tu padre.

- Entonces el pito de papa tuvo que ser muy grande para que yo cupiera dentro.

- Je, Je...bueno no te creas que era para tanto..., al fin y al acabo cuando estabas allí eras muy pequeñito...

 ¿Más pequeño que ahora “abu”?

El abuelo, abrió los ojos como platos de sopa fría, cogió su lupa, lo miró con  dificultad durante unos instantes (la copa de orujo que había tomado para desayunar, le estaba creando algún tipo de trastrono en su visión) y le dijo:

- Claro que sí, por aquel tiempo, la única manera de verte era a través de un microscopio.

Pasaron los años, y con ellos fueron desapareciendo los centímetros de nuestro amiguito. Un día mientras usaba, en la bañera, como trampolín el pene prostático de su padre, resbaló  cayendo en el agujero del glande. El padre asustado agitó sus piernas, provocando un pequeño oleaje que acabo por arrastrar a nuestro pequeño amiguito a los testículos de su progenitor.

Nunca más consiguió salir de allí, a pesar de los esfuerzos de su madre por liberarlo (viagras escondidas en el desayuno de su padre, masturbaciones, felaciones y demás truquitos de mujer para provocar el éxtasis de su marido).

El corazón de su padre no pudo soportar tanto trasiego y acabo por pararse. Antes de enterrarlo la madre desesperada mandó extraer todo su semen, donándolo a una clínica de fertilización.

Después de robar el registro de donaciones, buscó a su hijo desesperadamente por todo el mundo, hasta que un día lo encontró en la vieja Mansión que tenían los nietos de Torrebruno en el Principado de Mónaco.

Después de explicarles todo lo ocurrido a sus padres pseudoadoptivos, estos decidieron darle de nuevo la custodia de nuestro amiguito.

Ahora viven juntos felices, en un mini piso de protección oficial, gracias a la pensión  que su madre recibe en concepto de viudedad.

Y colorín, colorado este cuento se ha esfumado...

Un abrazo,

Rato Raro


sábado, 11 de febrero de 2012

Capítulo II: Súper Rato Raro en la Moncloa

Para los que no sois muy “avispillas”, os diré que este post se titula así porque es continuación de un post de anterior. Lo escribí bajo petición de soyquejica, así que si no os gusta, ir a su blog: soyquejica.blogspot.com y comentarle que la próxima vez, es mejor que se quede calladita.

Al día siguiente en el Palacio de La Moncloa...:

Presidente: Hoy es un gran día para la ciudadanía, Súper Rato, ha mostrado su decisión, valentía y algo que es tan raro en nuestros días, como preocuparse por ayudar a los demás. A la inmensa población de nuestro país nos gustaría poder ser tan raros como tú y poder auxiliar a todas esas niñas con problemas, que muchas veces  ni tan siquiera tienen para chuches. Es por eso que condecoro con la medalla del mérito de: “A arrimar el hombro”, a Super Rato Raro, ¡bravo hijo!, ¡bravo!

Di algo, la gente te esta escuchando

Super R.R: No merezco semejante homenaje... No me queda más remedio que devolver cuan importante distinción. Al fin al cabo, lo único que he hecho ha sido llamar por teléfono a los bomberos.

Presidente: ¡Redios!, ¡es tan Raro encontrar a alguien renuncie a lo que no se merece!

Público infantil: ¡Yo de mayor quiero ser como tú Super Rato Raro!

Público femenino: ¡Guapo!, ¡Cachondo!,..., ¡Ya no quedan machos alfo como tú!, ¡por favor, no dejes que se extinga la especie!

Grupis: ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh!...¡SI PUDIERA TE QUITABA ESE PIJAMITA TAN MONO CON LOS DIENTES!

Público masculino: ¡Qué si, joder, Rato al poder!...

Y colorín, colorado, otro día ha pasado, en la vida de este súper héroe, tan raro.


Una abrazo,

Simplemente Rato Raro

viernes, 3 de febrero de 2012

Súper Rato Raro


Como estos días os he tenido un poco abandonados, al encontrarme de holydays en Roma, os dejo con todo mi cariño el  primer capítulo (que puede que sea el último) de un cuentecillo de un insólito Super héroe.

Rato era una persona peculiar, con un trabajo diferente, una familia singular y unos amigos para “darles de comer a parte”. Un buen día se levantó y bajó a la calle a llamar por teléfono desde una cabina, algo raro de cojones en los tiempos que corren. Sin embargo, en ese preciso momento,  se dio cuenta de que su vida, era demasiado rara para ser simplemente rara y a partir de ese día se convirtió en SÚPER RATO RARO.

Capítulo I. RATO RARO al rescate

Era una mañana de  inverno siberiano cuando Super Rato Raro paseaba por el parque de “O Castro”, algo totalmente extraño, teniendo en cuenta que llovía a chuzos. De pronto, se topo con la pequeña Lupita que le gritaba:

-  ¡Super Rato Raro!, ¡Super Rato Raro!, ¡por favor ayúdame!

-  ¿Qué pasa little Lupi?

-  Mi gatito Larri, se ha subido al árbol y no quiere bajar. ¡Larri!, ¡Larri!

-  No te preocupes, ¡aquí esta Super Rato Raro al rescate!, ¿me dejas tu iphone?

-  Si claro...

Súper Rato Raro marcó una especie de código secreto en aquel Smartphone, se lo llevo cuidadosamente hasta la oreja derecha y dijo:

-  ¿Bomberos?, necesito que vengan a por un gato que se ha subido a un árbol, esta en el parque de "O Castro," al lado del estanque de los patos.

Minutos más tarde...

-  Gracias Super Rato Raro, no se lo que hubiera hecho sino llega a ser por ti.

-  No hay de que Lupita. Intenta no ser tan Rara como yo, y no vengas a pasear a tu gato al parque, bajo la lluvia. Cuida bien de Larri y hasta la próxima.

Colorín, colorado, otro raro cuentecillo se ha terminado.

Un abrazo,

Simplemente Rato Raro
 


viernes, 13 de enero de 2012

LOS PIU BELLOS

Hoy voy a contar un cuentecillo fashion,  al estilo top model. Erase una vez, hace no mucho tiempo, un equipo de de guaperas que quedaron un sábado para tomar unas tapas. Primero llego ella, Xana, morena valiente, ¡QUÉ PECHOS! Al poco tiempo apareció  el mejor escritor, vivo y con raya al medio,  de novela negra de Cabanas y del extra radio de la Ciudad de Vigo, Soyunmendrugo, que entró, como siempre, por la puerta de detrás. De repente se escucho un follón de chicas arrancándole la ropa, era él, joven atractivo, ojos verdes, pelo rizo Pantene, Rato Raro que bajaba de un taxi. Ellos tres eran los PIU BELLOS.

Empezaron a tomar copas, copas, copas... y más copas. Rato Raro se levanto a la barra y pidió unas patatas picantes para acompañar, eran patatas tipo estufa. Entre los efluvios del alcohol y el calor de las bravas, los Piu Bellos empezaron hablar de lo que hicieron la noche pasada:

Xana: Sabes que pase toda la noche de risas con el último Tronista de Mujeres, Hombres y Viceversa. Estuvimos bailando toda la noche, hasta que  el “chiqui” no me aguanto más y se quedo dormido. ¡Redios!, ¿cuándo encontraré a alguien que siga mi ritmo?

Soyunmendrugo: Pues yo estuve toda la noche viendo unas pelis yo solo... ¡Joder!,.. me emocione tanto que acabe con mi último paquete de clínex. Lo peor es que al despertarme me dolía montón mi mano derecha... ¡Malditas malas posturas!

Rato Raro: Pues yo me pase toda la noche limpiando, con las vecinitas gemelas del segundo derecha. La verdad es que me hacía falta para desestresarme, pero las pobres acabaron hechas polvo.

Al rato, Soyunmendrugo se fijo en una señorita y le dijo para conquistarla:

-   Sabes que me gusta mucho trasero.

La tía, perdón el tío, de estilo a lo Mario Vaquerizo, se de dio la vuelta, utilizo la táctica Alien el octavo pasajero  y le metió el badajo de la campana en su campanario, mientras Soyunmendrugo luchaba por liberarse. Al verlo, Rato Raro se deshuevava, como no se había deshuevado en su vida.

Aprovechando que el maromo fue al WC, a cambiarle el agua al pelicano, Soyunmendrugo huyo despavorido del local. Rato Raro y Xana, al ver que su amigo no volvía, lo llamarón al móvil, y al no lograr convencerle de que regresara,  quedaron en una discoteca de moda de la que tenían pases Vips, porque Rato Raro tenía amistades en el mundo de la noche. Era muy amigo de los porteros, de las camareras de los locales de moda y por su puesto del más  cabronazo de los inspectores de sanidad de la ciudad. Y mataron las últimas horas noche, Xana y Rato Raro ligando y Soyunmendrugo llorando.

Amigos no intentéis ser como ellos, porque son: LOS ÚNICOS PIU BELLOS.

Un abrazo,

Rato Raro

viernes, 16 de diciembre de 2011

La pastorcilla Linda Preciosa

Hace ya muchos años, en un pueblecito al noroeste de la piel de toro, vivía Linda Preciosa, una chiquilla que todas las mañanas salía con sus cabritillas para que pastaran alegremente por el campo. Ella era muy feliz y apenas recordaba su enfermedad.

Una mañana, cuando daba un paseo con copito, canela y carboncillo, sus cabritillas favoritas, vio un ukelele detrás de un arbusto. Lo cogió y se fue por el prado tocándolo alegremente mientras las cabritillas bailaban y reían sin parar. Cuando llevaban caminando al menos dos programas del “Mira quien baila”, se encontraron a un pastorcillo con una gaita, y ella le dijo:

- ¡Menuda gaita tienes pastorcillo!, ¡qué ganas tengo de tocarla!

El pastorcillo muy amablemente se la ofreció, ella la cogió con mucho cuidado y empezó a tocar una muñeira, hasta que se quedo toda extenuada.

Siguieron todos paseando, riendo  y bailando, encontrándose, al poco rato, a un perro salchicha, que al verla se metió en su regazo. La pastorcilla emocionada por su cariño, decidió adoptarlo, y sacarlo a pasear, al menos tres veces al día.

Siguieron todos caminando, riendo y bailando, y como ya se habían pasado tres pueblos, los pies de Linda Preciosa se hincharon. Ella, ni corta ni perezosa, se quito las plataformas y siguió su paseíllo descalza, con la mala fortuna de pisar un cartón de vino que había dejado olvidado un indigente, al que le dijo:

- ¡Me cago en la madre que te parió!, ¡si a ti, el de la farola!

Después del pequeño incidente siguieron corriendo, riendo y bailando. Linda Preciosa ahogada por los fuertes dolores que le había provocado en la garganta el tocar durante tantas horas la gaita y en sus piececillos al haber pisado un Don Simón en mal estado, decidió volver a casa a curarse todas sus herididillas.

Volvían todos hacia a casa bailando y riendo, menos Linda Preciosa que gemía mientras se arrastraba por el suelo, cuando de repente un perro flauta, de esos con los pies negros todos guarros, la abordó para pedirle unas monedillas a cambio de su musiquilla. Ella le dijo que no tenía, pero que si quería, podría tocarle un poco la flautilla.

Después de todo este vibrante paseo, llegaron a casa, llamarón al doctor que después de tenerla bien examinada, le dijo:

- Linda Preciosa, tiene usted un tremendo quiste en la garganta. No puede una ponerse a tocar instrumentos de viento, sin saber lo sucios que estaban los labios que se han posado antes. ¡La higiene es lo primero!

Colorín colorado, este cuento se ha enquistado.

Un abrazo,

Rato Raro

sábado, 5 de marzo de 2011

CENTOLOMAN


Una soleada y cálida noche del mes de febrero de 1975, en un hospital en forma de pirulí, Carmiña una embarazada primeriza que iba a ser madre, estaba a punto de dar a luz. Mitigaba sus nervios escuchando el consultorio de Elena Francis en la habitación que le habían asignado, cuando en un corte publicitario rompió aguas. Después de escuchar sus quejidos, las enfermeras la llevaron inmediatamente al paritorio. Sin casi tiempo para tumbarse en la camilla, el bebe asomo un poco la cabecilla, era de color rojizo, con los ojos muy negros, muy pequeñitos que no paraban de moverse de un lado para otro, al estilo Marujita Díaz. Al asomarse un poco más, el equipo médico se dio cuenta de que tenía la cabeza en forma de pera, llena de espinillitas, con dos tenazitas  y otras ocho patitas más con uñas tan largas como las de Raimundo Amador.

El médico con gesto contrariado y con mucho cuidado para que ninguna de las uñas del bebe dañara el útero, acabo de sacarlo. Carmiña, la madre dijo:


- Doctor, ¿Qué ha sido?


- Señora, ha tenido usted un centollo, pero quédese usted tranquila, es fresco y de la ría.

Carmiña se quedo un rato pensativa y dijo:

-Doctor, no sé si podré hacerlo feliz, nuestro piso es muy seco y esta lejos de la playa.

En ese momento entro Pepe su marido y le pregunto:

- Cieliño, ¿qué hemos tenido?
- Te lo voy a decir poco a poco, hemos tenido un CEN-TO-LLI-TO.

Pepe entonces se puso muy serio y le dijo:

-¡Ya sabía yo que me los ponías con el pescadero!

Pepe se fue dando un portazo y Carmiña se quedo sola con un centollo recién nacido. El tiempo fue pasando y nuestro amiguito se fue dando cuenta que no podía hurgarse la nariz como el resto de los demás niños, tampoco podía jugar a la pelota porque siempre acababa pinchándola con una de sus tenazitas y verse en el espejo era para él un suplicio. Cada día estaba más triste, le era duro mirar hacia adelante cuando sus patitas lo llevaban una y otra vez hacia atrás.

Carmiña, después de ver las cuatro partes de “Liberad a Willy” con el pescadero, decidió que tenía que cambiar la vida de su hijito, quería volver a verlo reír (si es que los centollos ríen). Lo llevó al puerto y lo soltó al mar, el pequeño con lagrimillas en los ojitos desapareció entre las olas.

Unos meses más tarde, cuando Carmiña estaba superando la perdida de su niño, fue invitada a la boda de su prima “la de Bouzas”. En el banquete le sacaron como primer plato una fuente de centollos. Carmiña estaba hablando con una amiga, cuando cogió un centollo, le iba a quitar una patita, cuando: ¡Oh, Redios!, era su hijito. Carmiña cogió el centollo y le hizo el boca a boca de una forma compulsiva. El centollo empezó a toser y echo agua por la boca. Llamó rápidamente una ambulancia, lo ingresaron en la UVCI (unidad de vigilancia de centollos intensiva). El centollito se recupero, su madre lo llevo a casa y le monto un acuario.

Vivieron felices para siempre y colorín, colorado este cuento se ha acabado.

Un abrazo,

Rato Raro

sábado, 12 de junio de 2010

Mi gatito Loló

Queridos lectores, hoy tenía pensado escribiros un post sobre la reforma laboral y sobre sus posibles no efectos sobre el empleo, pero creo que todos estamos ya un poquito cansados de un montón de noticias sobre este tema y otros relacionados con la crisis, así que os voy hablar de mi gatito Loló.

Hace ya algunos años que me regalaron un gatito precioso, le puse de nombre Loló,  porque su rabillo me recordaba al de mi primo Flower Power que todos en el barrio llamábamos así.  Loló tenía caratas en sus dos pobres ojillos, yo no lo sabía, pero empecé a sospechar cuando un día lo vi acercase a la ventana y ver después como caía cuatro pisos. Rápidamente baje a por él, antes de que le pasara algo peor. Loló estaba más hecho polvo que Junior, y yo estaba tremendamente preocupado, ¡Ya sólo le quedaban seis vidas a mi pobre gatito!

Al día siguiente vi a Loló confundirse y en vez de comer su rico pienso, se estaba comiendo un plato de veneno que había dejado para los ratones, se lo tomo entero, Loló se empezó a poner verde y no paraba de dar saltos, parecía Coto Matamoros un sábado por la noche.

Cuando Loló se estaba recuperando, ahora ya sólo quedaban 5 vidas, intento beber agua, y en vez de tomar agüita fresquita, metió su pequeña cabecita en mi acuario donde residían dos pequeñas pirañitas. Loló se inclino demasiado hacia delante  y callo al acuario, cuando logre ponerlo a salvo, parecía Ángel Cristo en su últimos momentos. ¡Redios ya sólo le quedaban cuatro vidas!

Cuando parecían que sus heridas estaban cicatrizando,  me llamaron al teléfono móvil cuando estaba metiendo una pizza de pepperoni en el horno, me puse hablar y no me di cuenta que había dejado el horno con la puerta abierta. Loló confundió su linda casita que le había comprado en el Lidel con el horno, cuando acabe de hablar me lo encontré allí junto a un par de trocitos de pizza sin pepperoni, con los pelos todos chamuscaditos , tuve que raparlo todito,  su pielecilla brillaba como la calva de Antonio Lobato. Me estaba entrando la ansiedad, tuve que tomarme un tranquimazim, no me hacía a la idea de que a Loló sólo le quedaran dos vidas.

Estaba muy preocupado, pensaba que Loló era demasiado patosillo, así que cerré  todas las puertas y ventanas cuando me marchaba, quedaba el pobre solo en el pasillo sin nada en principio que le pudiese hacer ningún daño. ¡Qué equivocado estaba!,  cuando llegue a casa, lo vi tirado allí en el suelo,  supongo que no vio que la puerta de balcón estaba cerrada y se estampo de lleno con su linda naricilla contra el cristal, su carita y sobre todo su nariz me recordaba a la de Belén Esteban antes de operarse. ¡Pobre Loló ahora ya sólo le quedaba una vida!

No pude dormir en toda la noche, estaba tremendamente preocupado, hasta que de repente me dije ¡Ostras!  Lo que le pasa a Loló es que tiene los ojillos mal, baje rápidamente al veterinario que tengo en la calle donde vivo, lo examino, y me dijo que Loló tenía caratas, así que tuvo que operarlo.

Cuando llegamos a casa,  Loló se asomo a la ventana y vio un ratón que estaba a 1.000 Km, salió corriendo y a las dos horas lo trajo en la boca. ¡Por fin Loló veía bien!, acto seguido dejo el ratón en el suelo y se puso a leer el ABC, daba gusto verlo leer, ¡éramos tan felices! Cuando tuve que firmar mi hipoteca, le pase a Loló el contrato para que leyera la letra pequeña.

Colorín, colorado este  cuento me ha emocionado...

Os quiere,

RATO

domingo, 30 de mayo de 2010

La verdadera historia de Caperucita Roja

Queridos niños y niñas, ya es hora de que conozcáis la verdadera historia de Caperucita Roja, eso si, continuidad leyendo este post, solo si tenéis más de 16 años o en su defecto vuestro padre o tutor os da permiso.

Bien, Caperucita Roja, era una niña rubia y preciosa, con muchas, muchas pequitas, la verdad parecía mulata. Medía un 1.95 m, es que era una niña superdotada, que andaba siempre, la muy guarra, con una sudadera roja de Beverly Hills, 9020, que tenía una enorme caperuza que si se la ponía le llegaba hasta los pies.

Caperucita roja, era guapa y feliz, un domingo, su mama la despertó, era un día soleado precioso, los pajarillos cantaban, las ovejitas corrían a través del campo, los cabritos hacían el cabrito y las alegres golondrinas fornicaban en las ramas de los árboles.

Caperucita Roja, bajo rápido las escaleras hasta llegar a la cocina, donde se preparo un buen desayuno, a base de cereales y vodka. Su mama le dijo:
“Caperucita coge este paquetito”, “el de tu abuelito no, ¡bestia!, ese marrón que esta encima de la mesa y llévaselo a tu abuelita”.

Caperucita Roja miro y efectivamente encima de la mesa había un paquetito, por lo menos debía pesar unos 65 Kilos…Caperucita se remango las mangas de sudadera, cogió el abdominator e hizo unos 150 abdominales, tomo aire, se puso el paquetito al hombro y salió de su casa.

Después de más de tres horas de paseo por el campo, con el puto paquetito al hombro, escucho una vez que le decía “Caperucita…Caperucita”, se giro y allí estaba Juan Lobo, un KinKi desdentado que había hecho con ella el parvulario. Lobo le prepuso que descansará un rato,  que tenía ganas de recordar con ella tiempos pasados… A Caperucita no le pareció mala idea, estaba cansada, así que decidió dejar en el suelo el paquetito y se puso charlar con Lobo. Este le pregunto:”¿Caperucita tienes sed?”, ella asintió con la cabeza, mientras Lobo sacaba detrás de una árbol una botella y unos vasos de plástico. Le lleno uno de ellos hasta al borde y cuando Caperucita  lo probo grito: “¡Joder es orujo!”, Lobo le contesto:”Es que no tengo otra cosa”. Caperucita como esta muerta de sed, era un día muy cálido debía de hacer al menos unos 45º, se acabo bebiendo todo el vaso, repitió al menos otras seis veces más, hasta que llego un momento que no era capaz ni de decir Pamplona y acabo cayéndose redonda la suelo. El malvado Lobo aprovecho entonces para coger su paquete y dejarle otro similar en su lugar, marchándose justo después sigilosamente.

Caperucita Roja, se despertó 6 horas después, ya era de noche y ella se dijo:”Hay que ver lo cansadita que estaba que me quede aquí dormidita unos minutitos”, ¡Joder, como me duele cabezita!..Suspiro... ¡es que me sienta tan mal el calor!

Cuando estaba a punto de llegar a casa de su abuelita, Caperucita escucho. “¡Estas rodeada, suelta el paquete y levanta las manos, te estamos apuntando en la sien! Caperucita Roja alzo la vista y vio que estaba rodeada por unos 1.000 agentes de policía, 12 helicópteros, 13 pitbull y una sepia…la verdad, no se que pintaba por allí. Ella asustada grito: “¡Por qué Dios mío, que habré hecho yo, soy una pobre niñita desvalida de 1,95 m! Mientras uno de los policías le gritaba: “¡Suelta ese paquete de 65 Kilos de armas y estupefacientes! En ese mismo momento Caperucita vio salir de la casa de su abuelita, al Kinki de Juan Lobo y a las golondrinas esposadas. Su abuelito y su paquetito estaban en el coche patrulla, su madre y su abuelita estaban en el suelo amordazadas. Caperucita soltó el paquetito y de su caperucita saco una magnun 44 y empezó  a decir palabrotas mientras corría, hasta que tropezó con una sepia que había por allí, que no se sabe lo que hacía y Caperucita perdió el conocimiento.

Cuando Caperucita despertó estaba en una celda de Alharuin de la Torre, pero a las dos semanas su abogado demostró que no estaba involucrada y quedo en libertad. Caperucita después de aquel suceso se hizo famosa, fue portada de Playboy, se hizo copresentadora de Sálvame y ahora vive en Marbella.

Colorín, colorado este cuento se ha acabado.

Un abrazo,

RATO 

viernes, 2 de abril de 2010

FRUITISPARANOIA 2 "Senenote a la caza de los Fruitis"

Seguí la pista de un plátano con mochila llamado Mochilo, de un cactus llamado Pincho y de una piña con acento andaluz llamada Gazpacho. ¡Joder, es el caso más raro que me han encargado nunca!

Siempre he pensado que los guionistas que realizan este tipo de series, suelen reunirse en una habitación, pinchan discos de Bob Marley, y vaya, se dedican a llenar el aire con efluvios resinosos. Los Fruitis al igual que los Trotamúsicos y otras series de las que ya no recuerdo su nombre, fueron consecuencia de la decisión de dejar de trabajar con los malditos nipones ¡Joder! Eso nos obligo a animar muñequitos al estilo cañí. ¡Y vaya!, los guionistas debían estar ciertamente animados, ¡ahora entiendo lo del doping! Creo que así fue como crearon esos bizarros personajes, a las que unieron una especie de Miniyo de Mariah Carey, convirtiendo cada capítulo en aventuras de botijeras y otras sandeces. Sino recuerdo mal, unos años después, ese gran objeto llamado mochila, de la que eximo de toda culpa, volvió a ocupar un lugar de honor gracias a RadioactivoMan y un cierto personaje español pasado de vueltas.

Por cierto, he olvidado presentarme, mi nombre es Senenote y tengo mi licencia desde hace bastante tiempo. Soy un tipo solitario, no estoy casado, a pesar de estar entrando en una edad madura. No soy rico, os puedo asegurar que no se gana mucho investigando este tipo de casos. He estado en la cárcel más de una vez y ¡no! ¡Joder!, no me ocupo nunca de divorcios. Me gusta la bebida, especialmente el licor café, las mujeres, no  hago ascos a ninguna siempre y cuando me hagan caso. También me gusta el ajedrez y otras cosas que me guardo para mí.  Si alguna vez llegan a dejarme frito en una oscura callejuela, como puede pasarle a cualquiera en mi trabajo, nadie, ni humano ni gatuno, sentirá que he desaparecido el fundamento de su vida. Resido en Vigo, en un barrio en el extrarradio que casi nadie conoce y por último añadir que jamás llevo un arma encima, bueno salvo que sea estrictamente necesario y si algún gilipollas me vuelve a preguntar mi nombre, solo repetiré una vez más que me llamo Senenote.

Tenía que conocer a quien me enfrentaba, así que busque en las mejores hemerotecas de dibujos calis, información sobre todos los sospechosos, de la que saque las siguientes conclusiones:

Kumba (el Miniyo de Mariah Carey) es una niña samai a la que Mochilo, Pincho y Gazpacho salvaron del ataque de dos fieros tigres. Por lo que averigüe Kumba ayuda a los jodidos Fruitis a encontrar un nuevo hogar gracias a su conocimiento del bosque, tras lo cual se instalo en su aldea como si fuera una fruta más.

Mochilo: no es más que un plátano “chapillas”, de origen canario, como diría Arguiñano “de los que tienen motitas”, que lleva una mochila a sus espaldas, de la que siempre saca todo lo necesario para salir de los más disparatados apuros, ya sean cuerdas, balsas o tiendas de campaña, lo que vulgarmente se dice “un plátano con recursos”. Parece ser el más serio e inteligente del grupo y siempre se las ingenia para ayudar a sus compañeros, ya que a diferencia de ellos, él usa el razonamiento lógico.

Gazpacho: Es una carismática piña andaluza, al estilo de Nicolás Sarkozy, que se define a sí mimo como un “sabio”, trabajo para el cuál tiene que quedarse pensando (o durmiendo) en vez de usar las neuronas. Unos amigos suyos me han dicho que le gusta hacer gala de su gran refranero español y de toda clase de frases ingeniosas. Por lo que se, suele equivocarse con frecuencia en sus comentarios y decisiones y hace oídos sordos a las correcciones de sus amigos, especialmente a las de Mochilo.

Pincho: No es más que un jodido cactus inocente  y despistado, cualidades que predisponen a sus compañeros a pincharse con él, sobretodo Gazpacho. Es un tío sencillo y le gusta mucho jugar y divertirse. Creo que llego al bosque porque se perdió en el desierto. Tendré que tener en cuenta que sus pinchos suelen ser una defensa eficaz frente a la mayoría de enemigos a los que se enfrenta.  

Pero no se acaba aquí el sospechoso grupo de jodidos terroristas, también se encuentran entre ellos:

Fresón: el alcalde de la comunidad, últimamente imputado en varios casos de corrupción urbanística.  Se que ha acudido a Kumba, Gazpacho, Mochilo y  Pincho, para destruir las pruebas que lo incriminaban y que podían llevarlo irremediablemente a la cárcel.

Alcachofo: parece que sus padres no fueron muy ocurrentes a la hora de poner el nombre, ya que no es más que una alcachofa, al que se liga últimamente con los piratas somalís. Tiene un parche en el ojo, un garfio en sus manos y la única pata que tiene es de madera. En el pasado tuvo problemas con el resto, pero ahora son todos amiguitos.

Monus: otro que no tenía unos padres muy originales, no es más que un mono científico que realiza crueles experimentos con los animales. Cuenta con un esbirro llamado Gorilón, y no es una golondrina, sino un gorila, quién coño lo iba a imaginar, parece un poco torpe. Todo indica que ahora es el líder del supuesto grupo terrorista.

Por último está Escarolo, del que no he encontrado ninguna pista, lo único que sé, es que lleva una escarola en la cabeza.

Después de hablar con el productor, los guionistas y dibujantes que trabajaron en la serie, conozco sus bases ideológicas. Pretenden denunciar la actitud “antichauvinista” del consumidor español. Se quejan de que valoramos más los personajes extranjeros como Son Goku o Sin Chan que los patrios, les jode que digamos que todo lo que se produce fuera es mejor, porque lo que se hace en nuestro país es basura. Se han cansado de oír de los niños ¿Qué mierda es esto?, ¡qué vuelvan poner el Correcaminos!.

Tanto Gazpacho, como Mochilo y Pincho, no trabajaron mucha tras esta serie. Los guionistas decían que no tenían variedad de registro, que las frutas ya no se llevaban y menos siendo monodimensionales.

Hace menos de una semana que han tenido su última aparición pública, en Bélice, para presentar el Blue ray de la serie completa. En la rueda de prensa que dieron, Mochilo reconoció que el único trabajo que encontró después de la serie fue de modelo de bodegones en una escuela de arte, de la que lo despidieron por moverse mucho. Se les notaba resentidos, con las críticas por su escasa variedad de registro. La cosa empezó a caldearse cuando un periodista les espeto a la cara de que la serie estaba llena de incoherencias, como el de llamarle a una piña Gazpacho. Creo el periodista tenía una columna en un periódico nacional como critico gastronómico  y lo que de verdad le jodia es que jamás había visto un gazpacho con piña. Era un fundamentalista del gazpacho, este sólo podía ser andaluz, y no entendía como una piña podía ser andaluza, supongo que lo respetaría si fuese una col de bruselas o una fresa.

Eso animo al resto de los periodistas a increpar a Gazpacho y eso que era el único que había tenido una carrera artística fuera de esta serie, había grabado un disco con Chimo Bayo. Disco que murió sepultado en lo más hondo de las listas de éxitos. Chimo se defiende que cambiar bombas por piñas muchas veces no es muy fácil de examinar.

Todo indica que no lo han podido superar, creo que gracias a la ayuda del Doctor Monus han conseguido programar nuestros cerebros para quemar nuestras neuronas después de más veinte años de su estreno en España.

No quieren dejar ni a un solo niño de aquella época vivo, están heridos por menospreciar el producto patrio. Quería evitarlo a toda costa, estuve hablando cientos de horas con ellos para tratar de convencerlos, de que se equivocaban, los adultos de hoy en día idealizan la bazofia de su infancia. Después de hacer de que cambiaran de opinión, acabe haciendo su manager, convirtiendo su Blue Ray en un éxito de ventas, devolviéndoles la gloria que le había sido robada. Sólo tengo una pequeña espina, intente sacar a Kumba de la prostitución, no he sido capaz, pero nadie es perfecto.

sábado, 6 de marzo de 2010

FRUITISPARANOIA

Llevaba más de un mes, repitiéndose en mi cabeza, una absurda melodía, ti ti ti tiri ti ti ti tiriri, no lograba sacármela de la cabeza, creía que me iba a volver loco.

Hasta que un día, me conciencie que necesitaba tratamiento, tenía que ir a un psicoanalista, contarle lo que me estaba pasando, necesitaba quitarme esa melodía infernal de mi cabeza.

Así que, cogí fuerzas de flaqueza y llame a una de mis mejores amigas, ella había tenido unos cuantos traumas, fobias, paranoias y no se cuantas enfermedades mentales más, nadie mejor que ella, que había sido tratada por más de 20 psicólogos, y unos 5 psiquiatras, para recomendarme un especialista en eliminar absurdas melodías de la cabeza.

Me recomendó al doctor Uxio, me dijo que era un genio en eso de extirpar trastornos musicales transitorios. A mi lo de extirpar no me sonaba nada bien, nunca me habían extirpado nada y la verdad tengo pavor a cualquier tipo de operación, aunque sea gastroentinal.

Me arme de valor, y lo llame, le resumí mi problema por teléfono, la verdad es que era muy fácil de resumir, note un tono de preocupación en su voz cuando me estaba hablando, más aún cuando me dio una cita para el día siguiente, decía que el caso había que tratarlo cuanto antes, porque sino esa absurdo musiquilla se podría convertir en algo permanente. También he de decidir, que lo más miedo me metió, fue cuando le pregunte el precio de la consulta, 90 euracos, nada más y nada menos.

Llego el día de la consulta, así que me prepare para la ocasión, me  puse la típica ropa de paciente, cubriéndola con un abrigo, para que nadie se diera cuenta  por la calle de que iba a la consulta de un psicoanalista.

Llame al telefonillo, me pregunto quién era, yo le conteste que era Mariano, prefería que no supiese mi nombre real, luego me quede pensado un rato,  por qué cuando habíamos hablado por teléfono no me lo había preguntado, la verdad es que me parecía extraño.

Deje esa estúpida reflexión, y me dirigí al ascensor, no se porque lo cogí porque su consultorio estaba en el primer piso y yo vivo en un cuarto sin ascensor, a lo mejor tenía miedo a perderme, tengo que reconocer que mi sentido de la orientación no es demasiado bueno.

Sin darme casi cuenta, estaba allí frente a la puerta, Redios!!! que rápido había llegado, luego recordé que estaba en un primero y normal que hubiese llegado tan pronto.

Golpee la puerta con los nudillos, no encontraba el timbre, ¡que raro!..., cuando un chico joven con perilla a lo Johnny Deep y bata blanca, me abrió la puerta, y me pregunto por qué no había llamado a la puerta, yo le dije que no había visto el timbre, él me sonrió y me dijo que si hubiera encendido la luz me hubiera resultado mucho más fácil encontrarlo. Coño!, tenía razón que tipo más listo, no se como no pude darme cuenta, la verdad que a estos chicos los preparan muy bien en la universidad.

Le pregunte si era el Doctor Uxío, el me dijo que no, que era su auxiliar, me parecía extraño que en vez de tener a una rubia cachonda, tuviese un tío con perilla y con una cara que me recordaba  Michael Night, si el del coche fantástico, pero supongo que un tío tan listo como el doctor Uxio, debería tener sus motivos.

Michael, lo llamo así porque no me dijo nunca su nombre, me llevo hasta una sala y me dijo que esperara 7 minutos. ¿Por qué siete minutos?, ¿Por qué no 6 o 8?, un puto número primo, eso si que no podía ser una coincidencia.

Después de 7 minutos justos, lo puedo asegurar porque no paraba de mirar el reloj mientras esperaba, vino Michael y me dijo que lo acompañase hasta una puerta, allí estaba sentado un tío con bata, era bastante delgaducho, con barba de tres días, unas gafas del año de la pera y un fular de color brownie, lo del fular era la prueba definitiva, en ese lugar pasaba algo raro.

El Doctor Uxi, a partir de aquí lo paso a llamar así, porque me dijo que lo tratará como un amigo y la verdad es que a mis amigos y mis mascotas, siempre los llamo por diminutivos o por absurdas variantes de sus nombres, bueno voy a dejarme enrollarme.. Me pidió que me sentará, y me senté, no lo hice porque me guste obedecer ordenes, ¡simplemente me apetecía sentarme y ya esta, lo hice que coño!.

Me pidió que si le podía tatarear de nuevo la melodía, la verdad me relajaba bastante tararearla y sentir que alguien más la escuchaba, así que, empecé a tararearla, acompañándola con mis palmas, porque así sonaba mejor. Siempre fui muy detallista para este tipo de cosas.

Después de estar, 7 minutos tarareándola, joder otra vez 7 minutos, me estaba empezando a poner nervioso y la verdad me dolían bastante las manos, es que yo cuando palmeo, le pongo toda la pasión que llevo dentro.

Dr Uxi, me pregunto si esa musiquilla llevaba letra, le dije que creía que si, pero no era capaz de recordarla. Uxi, entonces saco una guitarra y empezó a tocar esa melodía, trataba de ayudarme a recordar la letra, pero no podía, joder odio cuando me bloqueo.

De repente Uxi, se puso a cantar una canción, que hablaba de un mendrugo en NY, no entendía nada y la verdad estaba empezando a cabrear, porque odio las canciones malas y además no me dejaba concentrarme en mi musiquilla. Creo que Uxi, lo noto, paro de cantar y de tocar, me pedio perdón, me dijo que a veces se arranca por bulerías, porque eso le ayuda a pensar mejor, le dije que no se preocupará, él era un profesional y yo sabía que debía respetar su trabajo.

Me dijo que tenía que hipnotizarme, para poder encontrar la letra de esa musiquilla y así poder encontrar la raíz de todo este problema. Le dije que adelante, que estaba dispuesto a todo… Entonces Uxi saco un Canguro de su bolsillo y me dijo que lo mirara fijamente, mientras lo miraba, notaba como se me iban cerrando los parpados, y una vez se repetía lo mismo en mi mente la misma pregunta, ¿como coño había podido sacarse un jodido canguro del bolsillo?, creo que esa confrontación mental fue tan fuerte que hizo que perdiera la noción de todo…

Cuando Uxi, vio que estaba completamente hipnotizado, me pidió que cantara y yo, repetía una y otra vez esta estrofilla:


Somos blancos,
somos verdes
somos negros
y amarillos
somos todos diferentes
y estamos muy unidos


La verdad es que esa canción le sonaba, la había escuchado antes, hace mucho pero que mucho tiempo…pero no lograba recordar de que. Como era un puto friki del mundo web, tecleo en un buscador de internet, esas palabras, y BINGO!!!, ya sabía cuál era la canción. Joder!!!, era  la canción de los Fruitis, ¿os acordáis?, era aquella serie infantil de dibujos animados de finales de los 80, en la que aparecía un plátano sabelotodo, una piña absurda llamada Gazpacho con acento andaluz y un puto y jodido cactus (Sí, un cactus, aunque la serie se llame Fruitis, supongo que eso demostraba la gran astucia de los guionistas).

Uxí empezó a darle vueltas al argumento de la serie, coño no podía ser más absurdo: dos frutas y un cactus con patas que iban haciendo el tonto de allá para acá.  Dos cochinos jabalíes que no tenían más ilusión que comerse a alguno de estos seres, incluyendo el cactus (que, repito: no es una fruta). Como pudo observar, esta serie tenía que ser fruto de una mente enferma y perversa. ¿Cómo alguien podría hacer pensar a los niños que el cactus es una fruta?

Uxí, había escuchado a un colega de profesión, que a pesar de la crisis, todavía no estaba en paro como él, que la serie era un intento de los muchos para dominar el mundo dirigido por Antena 3 y su maléfico programa Megatrix, que según diversas fuentes se dice que podría estar dirigido por un Mendrugo. El hecho de que uno de los protagonistas fuera un cactus (uno de esos que pincha) y los demás fueran frutas (que se comen y además fueran personajes) induce a los niños a un canibalismo atróz, y a una extraña tendencia a tragar objetos puntiagudos y punzantes pensando que son frutos.

Además la serie constaba de situaciones verdaderamente obscenas, en las que las frutas intentaban despernadamente tirarse a una niña humana (para dejar sus semillitas dentro de ella), mientras, que ella guardaba la oscura intención de comérselos a todos.

Todo estaba apuntaba, a una programación de un suicido colectivo, esa era la razón de esa musiquilla, Uxi había escuchado un caso parecido que se había dado en Belice, donde un hombre acabo suicidándose después de no soportar más una música de una serie de dibujos animados, Ohhhhh casualidad!!!, era la de los Fruitis.

Ahora todo encajaba, estaba programado para autodestruirme…, lo que más le preocupaba a Uxi, era saber la razón de por qué yo y por qué después de más de 20 años, supongo que ese no era su trabajo, no era un detective. Pero conocía a uno de los buenos, Senenote, experto en investigar conspiraciones judiomasonicas, a lo mejor debería llamarlo para resolver este entuerto, pero bueno eso será otra historia.

Ahora Uxí, debía centrarse en extirpar esa musiquilla, para ello debía hacer una hipnosis regresiva, sabía que era arriesgado pero debería intentarlo. Posiblemente el paciente tuviese efectos secundarios, como no poder a volver a poder tomar fruta nunca más, una simple mandarina podría llegarlo a matarlo, pero bueno, eso era mejor que la muerte segura, a lo que le iba a llevar esa musiquilla.

Uxí volvió a sacar al Canguro del bolsillo, y se puso manos a la obra con la hipnosis regresiva, por un momento pensó que iba a perder el paciente, pero al final lo consiguió. Estaba orgulloso, todo había salido bien.

Desperté, me encontraba como en una nube, Uxí me explico todo el proceso, no entendía nada, por un momento pensé que estaba un poco chalado, era difícil de crear toda aquella historia, pero después de ver aquel canguro saliendo de su bolsillo, cualquier historia era verosímil, así que lo creí y emprendí de nuevo una vida sin esa terrible banda sonora, era feliz, desde aquel día me di cuenta que en las cosas más simples uno puede encontrar la felicidad.