domingo, 30 de mayo de 2010

La verdadera historia de Caperucita Roja

Queridos niños y niñas, ya es hora de que conozcáis la verdadera historia de Caperucita Roja, eso si, continuidad leyendo este post, solo si tenéis más de 16 años o en su defecto vuestro padre o tutor os da permiso.

Bien, Caperucita Roja, era una niña rubia y preciosa, con muchas, muchas pequitas, la verdad parecía mulata. Medía un 1.95 m, es que era una niña superdotada, que andaba siempre, la muy guarra, con una sudadera roja de Beverly Hills, 9020, que tenía una enorme caperuza que si se la ponía le llegaba hasta los pies.

Caperucita roja, era guapa y feliz, un domingo, su mama la despertó, era un día soleado precioso, los pajarillos cantaban, las ovejitas corrían a través del campo, los cabritos hacían el cabrito y las alegres golondrinas fornicaban en las ramas de los árboles.

Caperucita Roja, bajo rápido las escaleras hasta llegar a la cocina, donde se preparo un buen desayuno, a base de cereales y vodka. Su mama le dijo:
“Caperucita coge este paquetito”, “el de tu abuelito no, ¡bestia!, ese marrón que esta encima de la mesa y llévaselo a tu abuelita”.

Caperucita Roja miro y efectivamente encima de la mesa había un paquetito, por lo menos debía pesar unos 65 Kilos…Caperucita se remango las mangas de sudadera, cogió el abdominator e hizo unos 150 abdominales, tomo aire, se puso el paquetito al hombro y salió de su casa.

Después de más de tres horas de paseo por el campo, con el puto paquetito al hombro, escucho una vez que le decía “Caperucita…Caperucita”, se giro y allí estaba Juan Lobo, un KinKi desdentado que había hecho con ella el parvulario. Lobo le prepuso que descansará un rato,  que tenía ganas de recordar con ella tiempos pasados… A Caperucita no le pareció mala idea, estaba cansada, así que decidió dejar en el suelo el paquetito y se puso charlar con Lobo. Este le pregunto:”¿Caperucita tienes sed?”, ella asintió con la cabeza, mientras Lobo sacaba detrás de una árbol una botella y unos vasos de plástico. Le lleno uno de ellos hasta al borde y cuando Caperucita  lo probo grito: “¡Joder es orujo!”, Lobo le contesto:”Es que no tengo otra cosa”. Caperucita como esta muerta de sed, era un día muy cálido debía de hacer al menos unos 45º, se acabo bebiendo todo el vaso, repitió al menos otras seis veces más, hasta que llego un momento que no era capaz ni de decir Pamplona y acabo cayéndose redonda la suelo. El malvado Lobo aprovecho entonces para coger su paquete y dejarle otro similar en su lugar, marchándose justo después sigilosamente.

Caperucita Roja, se despertó 6 horas después, ya era de noche y ella se dijo:”Hay que ver lo cansadita que estaba que me quede aquí dormidita unos minutitos”, ¡Joder, como me duele cabezita!..Suspiro... ¡es que me sienta tan mal el calor!

Cuando estaba a punto de llegar a casa de su abuelita, Caperucita escucho. “¡Estas rodeada, suelta el paquete y levanta las manos, te estamos apuntando en la sien! Caperucita Roja alzo la vista y vio que estaba rodeada por unos 1.000 agentes de policía, 12 helicópteros, 13 pitbull y una sepia…la verdad, no se que pintaba por allí. Ella asustada grito: “¡Por qué Dios mío, que habré hecho yo, soy una pobre niñita desvalida de 1,95 m! Mientras uno de los policías le gritaba: “¡Suelta ese paquete de 65 Kilos de armas y estupefacientes! En ese mismo momento Caperucita vio salir de la casa de su abuelita, al Kinki de Juan Lobo y a las golondrinas esposadas. Su abuelito y su paquetito estaban en el coche patrulla, su madre y su abuelita estaban en el suelo amordazadas. Caperucita soltó el paquetito y de su caperucita saco una magnun 44 y empezó  a decir palabrotas mientras corría, hasta que tropezó con una sepia que había por allí, que no se sabe lo que hacía y Caperucita perdió el conocimiento.

Cuando Caperucita despertó estaba en una celda de Alharuin de la Torre, pero a las dos semanas su abogado demostró que no estaba involucrada y quedo en libertad. Caperucita después de aquel suceso se hizo famosa, fue portada de Playboy, se hizo copresentadora de Sálvame y ahora vive en Marbella.

Colorín, colorado este cuento se ha acabado.

Un abrazo,

RATO 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me quedé sin palabras, que versión tan... buff. es que la etiqueta de surrealista se le queda corta. Eso sí, no se puede negar que original es un rato!

jaramos.g dijo...

Ja ja ja. Muy buena.

Ángeles dijo...

Ay, qué risa.
A esta Caperucita, no sé por qué, me la he estado imaginando con el aspecto de Bruce Willis. Qué cosas, eh?