viernes, 13 de agosto de 2010

Un Rato en Madeira (Segunda parte)

Me ha entrado la nostalgia y he pensado que para escribir este post, lo mejor era hacerlo como cuando íbamos al colegio y el profe nos hacía hacer una redacción sobre nuestras vacaciones de verano. Así que voy a compartir mis vacaciones con todos vosotros:

Viernes 31 de julio, me dan las vacaciones en mi trabajo, me voy hacer la maleta.

Miércoles 4 de agosto, acabo de hacer la maleta. Me encuentro muy nervioso y no puedo dormir, tengo miedo que al viajar solo alguien pueda aprovecharse de mí.

Jueves 5 de agosto, me despierto a las 04:30 de la madrugada, me ducho, desayuno y cojo el coche para ir al aeropuerto de Oporto.

Llego al parking del aeropuerto a las 06:00 horas portuguesas, el avión sale a las 09:00 horas, me aburro... Embarco a las 08:30 horas, en el avión conozco a una señora y pasan cosas muy raras...

A las 11:00 llego a Funchal, allí me espera una mujer que me lleva en taxi hasta el puerto, cojo un barco con destino Porto Santo. Como me da miedo marearme me tomo unas 10 cervezas y me quedo dormido en la cubierta todo el trayecto. Me despierto a las 9 horas, cuando el barco regresa para Funchal, estoy achicharrado y deshidratado, ninguna de las personas que había en el barco me aviso de que me estaba quemando vivo.

A las 21:00 horas, vuelvo al hotel. Me paso 3 días tumbado en cama poniéndome corticoides y cortisona. No me puedo taparme ni con la sabana.

A los cuatro días, ya puedo andar, salgo del hotel con un burka para que no me de el sol. Por la noche decido salir a tomarme una copita, me acerco a un grupo de chicas, me miran y salen corriendo gritando, ¡Oh, Dios Mío!, ¡El hombre ampolla!, ¡Se le cae la piel a cachos!, ¡Qué asco!..

Al día siguiente, me vuelvo a Vigo y paso un par de días con mi familia. Me voy a una fiesta a un pueblo cercano, toca la orquesta de Paris de Noia, hay mucha gente bailando. Después de tomarme unas  copas, intento ligar, no me he comido una rosca en todo el verano. Me acerco a un grupo de chicas y les digo “¡Hola guapas!, me miran, se miran entre ellas y salen gritando: “¡Dios, el de Madeira!, ¡es el hombre ampolla!, ¡qué asco!, ¡este engendro esta en todos los sitios!”.

Hoy viernes 13 de agosto, estoy preparando mi maleta para marcharme mañana 4 días a Bélgica, tengo miedo de lo que pueda pasar, no se si quedarme encerrado en el hotel sin salir hasta que el taxi me lleve de regreso al aeropuerto.

Parece que no haya pasado el verano, ¡Qué asco!, ¡vaya mierda de vida!, sigo sin comerme un rosco y no tengo dinero. Pero a pesar de todo estoy feliz, el próximo jueves volveré a ver a mis amiguitos del trabajo. Se que alguno me echa de menos de un modo especial, sino no me habría hecho vudú todo este tiempo.

Os quiere más que nunca,

RATO

martes, 10 de agosto de 2010

Un Rato en Madeira (Primera parte)

Amigos, lectores, people y demás engendros en general, lo que os voy a contar en este post, es una experiencia preciosa, encantadora... Estoy de verdad emocionadísimo, es algo que yo...

El pasado jueves lloré igual que una tierna cebollita, ¡fue tremendismo!, ¡inolvidable!...

Aún recuerdo como si fuera hoy cuando me subí al avión, con destino Funchal, en el aeropuerto de Oporto. Como es habitual en mi, durante el despegue fui recitando todas las oraciones que  me se, lo que vienen a ser aproximadamente unas dos, el Padre Nuestro y el Jesusito de mi vida, a ver si me calmaba la ansiedad que en aquellos momentos se estaba apoderando de mi mente. Como veía que con mis oraciones no bastaba, decidí pedirle a la azafata una copita de ron añejo con hielo con una gotita de limón exprimida y unos cacahuetes con miel, para ver si este remedio más arraigado en la sabiduría popular lograba relajarme.

Al lado mío, había sentada una “Guiri” que parecía la mujer más vieja del mundo. La observe un poquito más y en efecto no había visto una mujer tan vieja y arrugada en mi vida. Me dirigí a ella con cierto tacto, porque como sabéis todos, en los temas de la edad con las mujeres hay que ser respetuoso. Le dije: “¿Usted debe tener más de cien años?, ella me miro a mis dos preciosos ojillos verdes y me dijo: “Si desde hace mucho tiempo”. Entonces aprovechando que teníamos un poco más de confianza, le dije: ¿Exactamente cuantos años tiene?, y ella se acerco como pudo a mi oído para que no nos escuchasen las azafatas y demás pasajeros que teníamos alrededor y me dijo: “Tengo unos 600 y pico años, nací el 23 de febrero de 1405”y yo le respondí: ¡Qué casualidad! (os juro que no me lo podía creer), ¡es usted piscis como yo!

A partir de aquí, empezamos a tomarnos unos cubatitas de buen rollo, una cosa llevo a la otra, que si te toco un poquito, que ten cuidado a ver si nos ven mis padres (como no sea por wija ya me dirás..., pensaba yo).

Entonces este diplodocus, perdón “mujer”(no se en que estaba pensando), me empezó a contar cositas de su vida, de echo ella nació cuando Sean Connery tenía pelo y hacía películas de James Bond, ¡joder, tremendo! Se emociono mucho cuando me conto que compro un trozito de Stonehenge sobre plano porque de aquella salía mucho más barato. Ahí nos empezamos a reír, le toque su culito y le dije: “¡Qué culito más duro tienes!", ella entonces me sonrió y me dijo que lo que le había tocado era la Tena Lady.  

Luego me dijo que había tomado la primera comunión con Margaret Thatcher que era su compañera de clase. Me conto también que llevaba viviendo en Portugal muchos años. De hecho me comento que la Torre de Belém antes era un Carrefour. Empezamos a reírnos y le dije: “Bueno que exagerada que eres tía”, aproveche también para preguntarle “¿Quién había sido su primer novio?” y ella me contesto que Fraga y que él le sacaba unos 30 años.

Con todo esto le di un morreo, me trague... ¡joder, fue tremendo! Cuando el comandante empezó hacer maniobras para el aterrizaje, no paraba de haber turbulencias y el avión se abaneaba de un lado para otro. Nos abrazamos instintivamente, si aquel iba a ser nuestro último momento, que mejor que disfrutarlo juntos.

Pero amigos, tengo una mala noticia que daros..., al bajar del avión, creo que los 12 cubatas que nos tomamos cada uno tuvieron algo que ver en esto, tropezamos y nos caímos. Ahora mi querida “Guiri” ya no es la mujer más vieja que conozco, o por lo menos la mujer viva más vieja.

Amigos os pido un minuto de silencio...

Un abrazo allí donde te encuentres Katy,

Rato Raro

domingo, 1 de agosto de 2010

Un día para mis lectores

Amigos, compañeros blogeros, estos días tengo la sensación de que nadie entra en mi blog, que estoy continuamente hablando sólo, por lo menos se que aún siguen escuchándome mis padres cada vez que me autoinvito a comer.

Hoy tenía pensado escribir una historia muy chula, divertidísima, pero… ¿para qué? Noto que esa multitud de personas, se pueden contar casi con los dedos de una mano, que habitualmente entran en mi blog, están ya de vacaciones.

Ayer por la mañana salí como lo hago habitualmente con mi perrita Lua  y… ¡no había ni Dios por la calle! Fui al teatro por la tarde ¡y lo mismo!, estaba solo, la actriz hizo la función sentada en mis rodillas para que la escuchase mejor, aprovecho la ocasión para susurrarme unas cosillas al oído pero bueno eso ya es otra historia. Al día siguiente me fui a correr por el parque de Castrelos, estuve corriendo yo y dos ardillas… Bueno también estaba nuestro alcalde hablando con la ramita de un árbol.

Por todo ello, quiero agradecer de antemano a todos los que vais a leer este post, creo que incluso podría decir vuestros nombres, es más podría invitaros a todos a unas cañas que no me iba arruinar.
Amigos lectores que estáis ahí, aunque solo sea para luego criticarme, quiero daros las GRACIAS, os merecéis un día, si hay el día del orgullo gay, ¿por qué no el día del lector de Nosoyumendrugo?

Los que se que estáis ahí, MUCHAS GRACIAS por estar, ya lo sé… no gesticuléis, se que no estáis aquí por placer, estáis aquí matando el tiempo porque a ti a diferencia de mí, os toca currar en el mes de agosto. ¡Nos alteréis!, tratad de ser positivos, por ejemplo:
-Tenéis vuestras respectivas ciudades para vosotros solos.
- Además todos los que están en la playa achicharrándose al sol como yo, igual mientras nos vamos a refrescar a la agüita nos pica una medusa. ¡Considerar eso por favor!
- Y a los que están en el monte pensad que tiene un alto grado de posibilidades de que les pique una avispilla.
- Pensad que los que hayan tenido suerte y vayan a coger un avión, van a llegar con retraso y sin maletas.

Los que estáis trabajando este mes, sois muy afortunados… ¡Miradlo así!, es más podríais llamar mientras leéis este post a vuestros jefes y les dais las GRACIAS. GRACIAS porque os hacen trabajar, que seguro que ellos si están de vacaciones y los vais a despertar.

Quisiera aprovechar también para darle las GRACIAS a mi jefe por haberme hecho trabajar un mínimo de 10 horas diarias, además de unos cuantos fines de semana. Que sepas que pienso mucho en ti y en tu familia.

Sabed que cuando leáis este post, posiblemente estaré brindando yo sólo por vosotros, con un Daikiri en cada mano, en la piscina de un hotelillo de Madeira. 

Queridos lectores que seguís leyendo este blog durante este mes de agosto: MUCHAS GRACIAS, os quiere,

RATO
PD: GRACIAS Gianna por haberme inspirado con tu post “Gracias a todos los que entran”

sábado, 24 de julio de 2010

Estar en casa es peligroso


No quiero ponerme melodramático, pero  el día a día, sobre todo para un patoso confeso como yo, esta lleno de peligros. Todos los días me estoy jugando la vida, actitudes mías que pueden parecer pequeños despistes cotidianos se convierten en terribles trampas mortales. Os voy a poner ejemplos reales:
           
Hace ya algunos años, cuando todavía vivía con mis papás, me pasó un doloroso suceso. Os cuento, era sábado por la mañana, el día anterior -corrijo la noche anterior- había sido muy intensa, nos equivoquéis la culpa la tuvieron las copas porque de lo otro na de na. Bien, no me enrollo más que me disperso, llamaron al teléfono (de los antiguos, no uno de esos móviles de ahora, lo digo para que no haya malos entendidos), me arrastré como pude a descolgarlo, era mi amigo Senén, que había estado de copas conmigo la noche anterior, el muy capullo como no duerme no se le ocurre mejor cosa que llamarme a las 11:00 de la mañana. ¡Bueno al tema!, descuelgo el teléfono y empieza a rayarme con no se que paranoia. La verdad nunca le hecho demasiado caso, de vez en cuando utilizaba algún tipo de monosílabo para que creyese que seguía la conservación. Cuando de repente, sentí una punzada en la espalda, no me podía mover y tampoco era capaz de soltar el teléfono. El muy cabrón cuando le empecé a contar lo que me pasaba quería colgar el teléfono, yo le supliqué que por favor que no lo hiciera, que esperara a que llegara mi madre, es que llevo fatal el dolor en solitario. Mi madre llegó 1 hora y 34 minutos después, me vio allí encorvado con el teléfono. Casi llorando le dije que no podía mover. Mi madre quería llevarme a una vieja curandera borracha que todavía vive en mi barrio para que arreglara la espalda pero el problema es que no me podía mover. Llamó a mi padre y éste con la gran astucia que lo caracteriza, no se le ocurrió mejor cosa que meternos (a mí y al teléfono) en un carretillo, eso si después desenchufarlo, y llevarme a Manuela la curandera. El camino hasta su casa se me hizo eterno, tenía una enorme sensación de ridículo, creo que todo el mundo nos estaba mirando (a mí, al teléfono y claro está al señor José, mi padre). Llegamos, nos abrió la puerta, estaba demasiado cocida para darse cuenta que mi padre me llevaba en un carretillo, entramos los tres en su casa, Manuela empezó a hostiarme con un palo en las manos hasta que solté el puto teléfono (evidentemente lo solté rápido, al segundo hostión porque al primero todavía estaba despistado), la verdad es que la muy cabrona se notaba que tenía experiencia en estas situaciones. Luego empezó a machacarme la espalda y el dolor era tan grande que le dije que parase para no sufrir más. Consecuencia: estuve una semana tumbado en cama y un año sin coger el teléfono.

Recuerdo otra terrible experiencia. Eran las 6:31 de la mañana de un lunes cuando sonó el despertador. Salí de la cama como buenamente pude y me metí en la ducha. Cuando me estoy enjabonando la cabeza se me metió champú en el ojo izquierdo. No se me ocurrió mejor cosa que mirarme el ojo en el espejo desde la bañera, sin acordarme de que el puto espejo llevaba 4 bombillas de 220 voltios cada una. Lo giré para verme mejor (palabra del niño Jesús que me ha pasado), de repente sentí una fuerte sacudida que hizo que se me fuera la pierna derecha y lo único que recuerdo es que aparecí sentado en la bañera tiritando como un pollo en pelotas, con la mano chamuscada, la nariz contra el grifo de agua caliente y el tapón del gel clavado en uno de mis huevos. El golpe fue tan fuerte que se abrió la puerta del microondas que estaba en la cocina.

Os voy a contar otro de mis peligros cotidianos. Sábado por la noche, llego a casa a las 5 de la madrugada después de haberme tomado alguna que otra copita. Entro en la cocina y veo el precioso jamón que me había comprado la semana anterior, me entró el hambre y decidí cortar un poquito de jamón. Resultado 18 puntos en el dedo pulgar de mi mano izquierda y perdida parcial del meñique de la mano derecha.

Hablando de llegar sábados todo tajado, recuerdo lo que le pasó a un conocido mío cuando llego a su casa pimplado y se le dio por hacer unos spaghetti. Mientras la pasta estaba hirviendo, él prefirió tumbarse un poquito en el sofá cama.  Tres horas y cinco minutos después, se levantó porque las llamas le quemaban las piernas, la cocina estaba negra y los spaghetti parecían churros de chocolate desinflados, un saludito Diegito.

Recuerdo cuando un domingo esta en mi “loft” y me apetecía ir al servicio pero como iba ser una cosa rapidita, no me puse las zapatillas ni encendí la luz. De repente un crujido, ¡joder! me había pegado una patada en el dedo meñique del pie derecho con el marco de la puerta del baño. En ese momento el meñique salió disparado contra la televisión encendiéndose en Telecinco. Empecé a soltar lágrimas como Marco cuando lo abandonó su mamá o como Bustamante después de haber quedado tercero en OT, para luego inexplicablemente darme la risa, insultándome “¡seré gilipollas!”, “¡seré gilipollas!”, ¡qué imbécil que soy!”, Ja, Ja, Ja...

Para terminar, quién no ha intentando ponerse un jersey de cuello cisne que te regala tu madre por navidad. En mi caso yo no lo he podido olvidar. Recuerdo cuando mi madre me obligó a probármelo, intenté sacar la cabeza, pero no era capaz, se me había quedado atascada durante más de una hora y media, con la nariz y las orejas clavadas en el cráneo. Al final, tuvieron que venir sacármelo dieciséis familiares y cinco vecinos. Lógicamente arrancaron las orejas y la nariz me la dejaron como la de Belén Esteban.

Por estos peligros y muchas más razones rezo todas las noches un “Jesusito de mi vida”. El peligro amigos no está en la calle, está en vuestras casas.

Siempre vuestro, un desgraciado

RATO  

miércoles, 14 de julio de 2010

Una visión más sobre la crisis

Hace ya algún tiempo que no escribo nada sobre economía, quizás por aburrimiento o porque se había puesto de moda hablar sobre la crisis. Bien después de este largo letargo quiero yo también sumarme al carro de los que dan o han dado  su opinión sobre la situación que nos ha tocado vivir, espero que con el mismo rigor (la verdad que lo tengo muy fácil).

Bajo mi punto de vista, los directivos y banqueros que nos metieron en esta puta recesión se han convertido ahora, de forma directa o a través de sus tentáculos como son organismos como el FMI, el Banco Mundial, la OCDE o el BCE, en los que marcan el rumbo de de  los mercados. Estos son los sujetos que reclaman que se tomen duras medidas económicas y los que exigen que este gobierno de inútiles que haga sus deberes.

Esto tiene cojones.  Estos tipos construyen su propia historia de los acontecimientos, a su puta manera y de un modo totalmente invertido. Siendo su puta historia  la que llega a oídos de todos, aderezada con unas importantes dosis de miedo. Políticos de otros países publican mentiras o rumores, como que hay un plan especial de rescate para España, aumentando así el temor sobre nuestra economía. Ya no importa el color de los gobiernos, de las ideologías, se toman soluciones que se justifican como inevitables.

Esto, no ha provocado más que una invisible montaña de deudas comerciales e hipotecarias tóxicas para convertir en el gran problema “la deuda pública” mucho más fácil de manipular al antojo que las anteriores. Así se pasan el tiempo especulando a sus anchas con primas de riesgo y seguros y, de paso, dejan clara su principal regla de juego que no es más que para reducir el déficit hay que ajustar los gastos, eso sí prohibido tocar nuevos impuestos a los mercados financieros o a las rentas de capital.

Lo más jodido es que esta puta gentuza ha conseguido convencernos a todos que los verdaderos culpables de este desempleo masivo son los trabajadores ocupados. Siendo los primeros los funcionarios que gozan según ellos de una infinita estabilidad en el empleo, “ya veremos hasta cuando”. No son más que unos privilegiados, van contra la norma: el empleo temporal y el despido libre. Tenemos que castigarlos y ellos deben ser los primeros que cedan parte de su salario para pagar elevado gasto público. No vayan a tener que pagarlo los putos banqueros.

Pero lo mejor llego cuando se convirtió a los trabajadores del sector privado con un contrato indefinido en los culpables de que en este país seamos los campeones de Europa en desempleo y contratación temporal. ¿Por qué? solo conseguiremos un empleo de calidad si podemos despedir barato a la gente con más años y contratar por una miseria a los más jóvenes.  ¡Esa es la gran mano invisible que rige nuestro mercado!

¿Y ahora qué? amigos ya se lo que significa la refundación del capitalismo “el mercado debe dirigir la agenda del Estado”, el pueblo si es que estaba algo representado en el poderes públicos ha sido completamente aniquilado, solo nos queda la selección nacional de fútbol.
Siempre vuestro,

RATO

domingo, 11 de julio de 2010

Un día cualquiera



Soñando,
drogándome de vagas esperanzas,
imaginando lo imposible...

Así paso yo el día,
en silencio,
mientras mi mente
sigue volando.

sábado, 3 de julio de 2010

Mi primera vez

Tengo que confesaros amigos, friends, childrens y demás lectores que hasta el día de ayer no lo había hecho nunca. La experiencia ha sido horrible, ¡os lo juro!

Todo esto me paso por ser demasiado bueno, por fiarme de esas tres brujas. Lo que parecía un día  de compras en las rebajas normal, hace que en el día de hoy tenga que salir con gafas de sol de la vergüenza que tengo.

Os cuento, estaba  tan tranquilo en la cervecería “Picholiñas” de mi amigo Fran, leyendo con detenimiento los maravillosos artículos del periódico La Razón, cuando mis tres vecinitas favoritas: Marta la azafata de congresos del primero, Rebeca  la exmiss Pontevedra del segundo y Nuria la camarera del Pub “Cachito” del tercero entraron juntas en la cervecería  y…

Bueno prefiero empezar por el principio, eran las 15:00 horas de la tarde, había salido  muy  contento del trabajo en dirección a mi amado hogar, iba feliz caminando como un angelito que no ha hecho daño a nadie jamás. No me apetecía comer otro día más comida precocinada, así que decidí ir a la cervecería de mi amigo Fran que tengo al lado de mi casa, darme un homenaje, pedirme un menú del día, un bock de clara limón y leer el periódico de La Razón mientras esperaba por el festín. De repente entraron mis tres vecinitas y me dijeron: “Rato, ¿por qué no te vienes con nosotras de compras?, yo olvidándome de que todavía no había comido, les dije que “si” pensando que iríamos alguna tienda fashion, que iríamos algún wok… Así que le dije a Fran que cancelara lo del menú,  que no me encontraba bien, que me dolía el estomago…, siempre he pensado que una mentira piadosa puede salvar una amistad.

Me fui disimuladamente con mis vecinitas, como si solo una de nosotros tuviera llaves para entrar en el portal de nuestro hermoso edificio,  no se que pensáis, pero a mi me pareció una excusa perfecta para salir los cuatro juntos y que Fran no sospechara.

Caminamos y charlamos amigablemente mientras bajamos por la calle Urzaiz, cuando Marta dijo de repente: “¡Por fin, ya llegamos!”, mire hacia la derecha, mire hacia la izquierda y me dije para mi mismo: “¡se tienen que estar equivocando!, ¡aquí hay mucho neón!, ¡esto es un sex-shop! En ese momento las tres se le salieron  las cuencas de los ojos, perdón la las ojos de las cuencas, supongo que las cuencas no se pueden salir de los ojos. Entraron corriendo en el sex-shop con tal fuerza que me tiraron al suelo delante de todo el mundo, me levante y después de que hubiera pasado una hora empecé a preocuparme porque mis vecinitas todavía no habían salido.  Me arme de valor y decidí entrar, ¡qué vergüenza, señor!, ¡qué cosas hay que ver!, todas tenían tres bolsas en cada mano, a Nuria le salía cosa rara de la bolsa y llevaba la visa en la boca sin parar de gastar y gastar, pagando con la visa en la boca porque ya no podía cogerla con la mano. Mientras Rebeca le decía a una de las dependientas que quería un jugetito grande rojo que tenían colgado en la pared, la pobre le tuvo que decir: “¡qué eso es un extintor animal!, ¡eso es un extintooooooooor!, ¡con eso no puedes jugaaaaaaaaaaaar!”. A todo esto Marta se gastaba más de 1.000 € en pilas para todos sus jugetitos, y yo me pregunto ¿Tanta electricidad y tan mojada no acabara electrocutándose?

No quiero seguir entrando en detalles porque me constan que hay menores que leen este blog. Lo único que puedo decir es que pase una vergüenza tremenda.

Salimos de la tienda y nos fuimos a una cafetería a tomarnos un heladito, cuando Marta fue a pagar le cayo una de las bolsas y le salió un pene tamaño de un micrófono, un muñeco hinchable, unas esposas… Acto seguido salí corriendo,  no mire atrás en ningún momento, llegue a casa y cerré con la puerta con llave.
¡Esas son las compras de esas tres arpías! Y yo un pobre inocente que tuvo que acompañarlas.
Deseo a todos mis lectores que no tengan que pasar por una experiencia similar.

Un abrazo,
Rato