En los últimos años se viene produciendo, en las Comunidades Autónomas con particularidades lingüísticas, una operación política de acoso y derribo, por parte de extremistas nacionalistas, contra el idioma de todos, el ESPAÑOL. Bajo la falsa disculpa de la “normalización lingüística”, una especie de ejército de las SS compuesto por voluntarios reclutados en todos los sectores de la administración de dichas Comunidades, desde la política a la cultura, han enfrentado a las lenguas que por el momento son coficiales en detrimento de nuestra lengua común. Si el ESPAÑOL, como lengua vernácula que es, estuviera protegida por la administración, al igual que el gallego, el euskera o el catalán, no estaría su uso puesto en duda.
Estoy cansado de ese falso victimismo, que aducen estos individuos bajo el argumento de la “normalización”, que ha conseguido engañar y reclutar un sinfín de descerebrados, a base de la imposición política en la televisión, la cultura y lo peor de todo en la educación, donde muchos padres en contra de su voluntad, ven como sus hijos son educados en una lengua que dice el sistema, se la robado la capacidad de decidir a un padre la educación de un hijo. ¡Dios mío, a donde vamos a llegar!.
Y ahora estos fascistas, nos quieren imponer su lengua bajo la disculpa que la mayoría de los ciudadanos de esas comunidades hablan en ese idioma. Argumento de apariencia democrática, pero profundamente anticonstitucional, imaginaros que mañana esta comunidad tuviera una mayoría rumana ¿tendríamos que hablar rumano? Y por otro lado, ¿la reclamación de un derecho como histórico hasta cuando el legítima?, al ritmo que cambian las sociedades, cambian también los usos lingüísticos. Ese pretendido derecho histórico no es más que una antigualla jurídica antisociológica.
El derecho de hablar en ESPAÑOL, no debe depender del lugar de residencia ni de cualquier otro como la religión, sexo etc., sino debe ser un derecho individual esencial de toda la ciudadanía española.
Todos, absolutamente todos tenemos derechos a ser atendidos en castellano en cualquier ámbito de la Administración, incluido el autonómico. El menosprecio de nuestra lengua es anticonstitucional.
Debemos revelarnos y exigir a nuestros representantes que dejen de atropellar a nuestra lengua.
Nunca, nunca dejéis que os roben la libertad de expresaros en vuestro idioma.
Un abrazo,
Rato
(Basado en el manifiesto de la lengua española)
Estoy cansado de ese falso victimismo, que aducen estos individuos bajo el argumento de la “normalización”, que ha conseguido engañar y reclutar un sinfín de descerebrados, a base de la imposición política en la televisión, la cultura y lo peor de todo en la educación, donde muchos padres en contra de su voluntad, ven como sus hijos son educados en una lengua que dice el sistema, se la robado la capacidad de decidir a un padre la educación de un hijo. ¡Dios mío, a donde vamos a llegar!.
Y ahora estos fascistas, nos quieren imponer su lengua bajo la disculpa que la mayoría de los ciudadanos de esas comunidades hablan en ese idioma. Argumento de apariencia democrática, pero profundamente anticonstitucional, imaginaros que mañana esta comunidad tuviera una mayoría rumana ¿tendríamos que hablar rumano? Y por otro lado, ¿la reclamación de un derecho como histórico hasta cuando el legítima?, al ritmo que cambian las sociedades, cambian también los usos lingüísticos. Ese pretendido derecho histórico no es más que una antigualla jurídica antisociológica.
El derecho de hablar en ESPAÑOL, no debe depender del lugar de residencia ni de cualquier otro como la religión, sexo etc., sino debe ser un derecho individual esencial de toda la ciudadanía española.
Todos, absolutamente todos tenemos derechos a ser atendidos en castellano en cualquier ámbito de la Administración, incluido el autonómico. El menosprecio de nuestra lengua es anticonstitucional.
Debemos revelarnos y exigir a nuestros representantes que dejen de atropellar a nuestra lengua.
Nunca, nunca dejéis que os roben la libertad de expresaros en vuestro idioma.
Un abrazo,
Rato
(Basado en el manifiesto de la lengua española)