Me gusta ir al gym, me sube la autoestima. La gente me hace la ola cada vez que empiezo a calentar. Los que me conocen, dicen:
- ¡Mira!, ¡hoy ha venido Tom! (para quien no lo sepa Tom es diminutivo de guapetón).
La gente que acaba de comenzar, se frota los ojos con incredulidad y se preguntan:
- ¿Es ese el tío mazas de Mujeres, hombres y viceversa?
- ¿Es ese el tío mazas de Mujeres, hombres y viceversa?
Mientras, los monitores me dan palmaditas en la espalda y las monitoras me tocan el trasero con disimulo.
Pero ayer sucedió algo que me hizo replantear la renovación de mi abono mensual. Estaba como cada sábado a las 11:05 h, en el vestuario, poniéndome mis mallitas ajustadas cuando me fijé en él, “el señor del top rosa palo”. Siempre está allí sentado, atándose el lazo de sus bailarinas, cada vez que me pongo mis prendas sport. Lo raro es que cuando salgo de mis clases Pilates, a las 13:30 h, el hombre continúa allí, a vueltas con sus lacitos.
¿Este señor paga una pasta por hacerse el lazo de sus bailarinas?, ¿O es que se las compró en un país extranjero y no las entiende? Pensaría que lleva muerto un tiempo y nadie le ha dicho nada para no preocuparlo, si no fuera porque que cada vez que me bajo los pantalones noto algún “MEESE” (Movimiento Extraño En Su Entrepierna).
Aunque reconozco que sucesos como estos pueden ayudar a aumentar mi autoestima, voy a tomar la decisión de dejar el gimnasio, no quiero correr el riesgo de sufrir algún tipo desgarro inguinal.
Un abrazo,
Rato Raro
2 comentarios:
Doy gracias al cielo por haberme hecho sobradamente feo y repulsivo. Aunque... últimamente he notado que, en mi "spa", hay un par de ceporros que se pegan y se quedan embobados oyendo los rollos que largo y las cuatro tomateras que se me ocurren. Mmmm, no sé, no sé.
¡Me alegro de verte por aquí amigo Jaramos!
Un consejo: ten cuidado con los ceporros, son los especímenes más peligrosos.
Un abrazo,
Rato
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