lunes, 22 de abril de 2013

¿Quién se va a comer mi zanahoria?

Me encontraba en casa, buscando lo más profundo de mi yo interior con la ayuda de un libro de Eduardo Punset. Sentado en el suelo con las piernas cruzadas, con una barrita de incienso, mi pijamita de seda y el torso completamente descubierto...Bueno, lo típico que hacemos las personas con preocupaciones trascendentales cuando llegan a su loft después de un día agotador de trabajo.

Cuando estaba a punto de abrir el libro, después de media hora de examinar con atención su portada, apareció la “Señora Carmen”, mi santa madre, con unas páginas de periódico en sus manos que le escandalizaban. En su rostro se podía ver una enorme preocupación.

Me dijo que en el Faro de Vigo salía un anuncio de canibalismo familiar. Decía así:

-Gemelitas hambrientas quieren comerte enterito. Nos lo tragamos todo, todo...A domicilio y con la máxima discreción”.
Mi madre estaba muy nerviosa, quería llamar a la policía para decirles que había dos mujeres caníbales tragonas sueltas por la ciudad. Tuve que darle un tranquimazin. No sabía como explicarle lo que era aquello.

Luego me dijo:

¡Hijo, con esto de la crisis, ha vuelto la esclavitud! ¡No me lo puedo creer!, se venden personas, aquí cerquita y baratas. Lee esto: “Griego 50 euros. Francés “sin” 30 euros, supongo que los calvos se cotizan menos. “Africano Mandingo, beso negro por 60 euros”. Yo no entiendo nada hijo, porque por muy barato que te salga el negriño, ¿para qué quieres un señor paseando por casa que lo único que sabe hacer es dar besos?, ¿qué haces con él?, ¿lo pones en la puerta por si llegan visitas?

Yo no sabía como decirle que todo lo que estaba leyendo eran cosas pecaminosas, así que opte por no preocuparla y seguirle un poco la corriente:

-Lee, mama, a ver que más dicen.

  Pues mira hijo, en esta misma página, también me llama la atención un anuncio en el que venden animalitos de compañía. Hay uno que dice así: “Tengo un conejito peludito y juguetón que quiere que lo acaricies”. Está muy triste y necesita tu zanahoria”. ¡Ay que peniña me da!, ¿quieres que te lo compré?, sólo cuesta 30 euros.

¿Cómo le puede decir uno “NO” a su madre cuando la pobre mujer lo único que quiere es hacer feliz a un desvalido conejito?

Por último, le llamó le atención, la falta de picardía que tenía hoy la juventud a la hora de buscar un trabajo.

Ratiño, ¿pero cómo no va a ver tanto desempleo?, ¡y luego le echan las culpas al pobriño de Rajoy!, lee lo que dice aquí: “Jovencitas no profesionales y muy pero que muy inocentes. Nos tendrás que enseñar todito tú, sólo por las tardes, si no papi se entera...”, ¿no tendrían que hacer un curriculum de esos y mentir aún que fuera un poquiño?, ¡Es que así quien las va a contratar!, ¿sabes lo que les diría yo?

  ¿Qué mamá?

Pues que no importa que se enteren sus padres de que trabajan, que trabajar es algo muy digno, aún que sea todo el día de rodillas fregando suelos o comiéndose todo lo que te suelta un jefe desgraciado. Una tiene que adoptar una postura abierta cuando comienza a trabajar, aguantando la presión de tener a alguien todos los días encima. Luego llegas a casa, te duchas, te relajas y ya verás cómo al día siguiente todo entra de otro modo.

No tuve valor, de decirle la verdad a mi madre. Son las 22:30 h y tengo miedo. Dentro de media hora, un conejito peludo se comerá mi zanahoria.

Un abrazo,

Rato Raro

PD: Antes de ser devorado por un peludo conejito, quiero daros las gracias a todos los que alguna vez os habéis parado por mi micromundo. ¡ADIOS MUNDO CRUEL!

8 comentarios:

Cris Mandarica dijo...

"Adiós mundo cruel"? No te me irás de estos lares no? Anda y toma fruta, que es más sana xddd! Biquiños!

Desidia dijo...

xDD Me has alegrado el lunes.

Rato Raro dijo...

No Mandarica todavía no ha llegado el momento de marcharse. Fruta????..espero que no te refieras a que coma plátanos,...me niego aún que sean con pintitas.

Gracias Desidia tú me has alegrado a ti con tu comentario. Pero mujer cámbiate el nick por algo más alegre, como ese sombrerillo que llevas en la foto.

Un abrazo y un biquiño para las dos,

Rato Raro

jaramos.g dijo...

Es genial, Rato, una de tus mejores paridas literarias. De verdad. Enhorabuena.

Elena Beatriz Viterbo dijo...

ah, tronco, como el amor de una madre no hay nada ¡cómo se desvela por ti!Si es que lo que ella quiere es abrirte los ojos para que veas lo mal que está el mundo y que no caigas en manos de gente caníbal, comedoras de zanahorias.
Los plátanos contienen mucho potasio y van muy bien para las rampas, dicen que hay que comer cada día uno por lo menos...

Clara dijo...

¡¡¡Santa Inocencia!!! es tu madre imaginada. La verdad es que "esos anuncios" dan para mucho y cada vez ocupan mas espacio en los diarios. (Se ve que va bien el negocio).
Muy divertido maestro

Rato Raro dijo...

Jaramos siempre me he preguntado como podría calificar lo que escribo y la verdad los de "paridas" me gusta, no sé si me merezco el calificativo de literarias.

Ángela dudo que los plátanos sean buenos para las rampas. Yo creo que pueden ser perjudiciales para mi espalda y en especial para mi trasero, por lo que niego en probar tan suculento manjar.

Gracias Clara y lo de maestro no lo merezco, yo soy tan solo un simple aprendiz de todos vosotros.

Un abrazo,

Rato Raro

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.