Después de haber sufrido una huelga de controladores, la maldición de una gitana cordobesa, un diluvio, el ataque de un jamón asesino y tres cambios de habitación en el mismo hotel por diversos motivos, me veo con los suficientes conocimientos para daros unos consejillos sobre un aspecto de vital importancia a la hora de viajar que nada tiene que ver con todo lo anterior, ¡pero que cojones!, es de lo que me apetece escribir.
Bien en el post de hoy, os voy a aconsejar sobre CON QUIEN NO NOS DEBEMOS IR DE VIAJE. Tened presentes amigos y admiradores que no nos vale cualquier amigo para irnos de vacaciones, hay que evitar que nos den el viajecito. Para ello, antes de elegir acompañante debemos examinar si el “individius” en cuestión pertenece alguna de las siguientes cuatro especies:
1. Homus cultureta. Podremos reconocer a este “individus” porque tiene la extraña costumbre de querer verlo todo. Pondré un ejemplo para facilitar la comprensión de aquellos lectores menos avispados: Este curioso animal de compañía quiere ver todos los monumentos, todos los museos (aunque versen sobre exposiciones itinerantes de algún perro flauta), se apunta a todas las excursiones, si fuera guía turístico sería como Luis Moya: “trata de ver la Alambraha, a la derecha el Albaicín, un bocata de jamón ¡ras!, ya hemos llegado”. A las 6 de la mañana del día siguiente te gritaría al oído: “RATO TRATA DE ARRANCARTE”, mientras tu le contestas: ¡Luis NO PUEDO JODER!
Es también el típico que te propone ir a ver la Mezquita de Cordoba a las 8:30 de la mañana, según él para ganar tiempo. ¡VAMOS A VER!, ¡no lleva en el mismo sitio cientos de años!, ¡acaso va a desaparecer a las 12:00! Pero este sujeto siempre tiene argumentos para todo y posiblemente te dará una respuesta demoledora como la siguiente: “Es que de 8:30 a 10:00 la visita es gratuita”. ¡Ala, ya te jodio el sueñecito!, ¿Por qué coño tendrá que estar tan informado?
Para mí hay una ecuación que se debe cumplir en vacaciones:
Vacaciones = Descanso o lo que es lo mismo Vacaciones es distinto de madrugar.
2. El llamado comúnmente Willy Fog. Este curioso individuo se caracteriza por querer estar en el mayor número de sitios posibles. Posiblemente, te pida que alquiléis un coche para que cuando lleguéis a vuestro destino, recorráis no solo la ciudad donde tenéis establecido el campamento base sino toda la región, el país y en el peor de los casos el continente. Lo peor es que no te dejará mear hasta llegar al lugar de destino, una vez allí solo tendrás para mingitar el tiempo que tarde en sacarse la ¡puta fotito!, como tendrás que sacársela tú, deberás sujetar con una mano la cámara y con la otra la... y claro esta, ten cuidado al apuntar, no vaya a ser que le mojes los pantalones.
Si tenéis tiempo para comer pararéis en un Mac Donalds, eso sí en cada lugar se pedirá el Mac menú típico de la zona.
Los podremos reconocer porque cuando nos enseñan las 1.652 fotos de su viaje, ninguna se repite en el mismo lugar.
3. El moñas. No importa que lo lleves de vacaciones al desierto, este “individuos” siempre se pilla unos pedos descomunales. En menos de lo que canta un gallo ya lo tienes ahí hablando cerca con alguna esquina o haciéndose amigo de algún bordillo. El primer pensamiento que recorre tu mente es siempre abandonarlo a su suerte, ¿se lo merece?, no lo dudéis por supuesto que si, ¡Más que Zp una moción de censura!, pero como esta en un lugar extraño y aún te queda algo de corazón, lo acabas acompañando al hotel.
Este sujeto es muy fácil de reconocer, solo tenemos que pensar a quien solemos dejar más solo que Punset en un botellón cada vez que salimos de marcha.
4. El nosfertatu o el amigo que no liga ni de coña. Cerrad los ojos, imaginaros por un momento que el viaje esta saliendo genial, conoces gente, vas de fiesta, no paras de reírte, conoces a una churri... y tu amigo por no ligar es que no pilla ni un resfriado y eso es un problema de cojones. ¡No por qué él se quede a dos velas!, que eso a mi me importa menos que la constitución europea, sino a ver con quién lo dejas cuando intentas llevar a la chati a tu habitación. ¡No lo vas a dejar atado a la farola del hotel como si fuera un perro!
Si el tipo en cuestión es un egoísta o manipulador, se hará la victima, te pondrá ojillos del gato de Sherk y a ti te vendrá a la cabeza un antiguo anuncio de la tele: “El no lo haría”. ¡A ver quién echa un caniuei después con el amiguito por ahí dando pena!, ¡Qué culpa tengo yo de que sea un callo y tenga menos gracia que Aznar!
Es muy fácil de reconocer solo hay que verle la cara o escucharle contar un chiste.
Como consejillo final os digo que elijáis bien a vuestros compañeros de viaje, a no ser que seas uno de los que anteriormente he descrito, en tal caso haz un favor a la humanidad y vete de viaje con alguien tan rarito como tú.
Un viajero,
Rato Raro