sábado, 20 de febrero de 2010

La pesadilla del Feng Shui

Tan sólo hace un mes que me han regalado un libro cuyo titulo es "Feng Shui inteligente para el hogar", en el hay nada y nade menos, 188 ideas brillantes para dotar al hogar de energía positiva, todo un regalazo que me han hecho por el amigo invisible. Seguro que pensáis, que este libro me ha servido de autoayuda, pero nada más lejos de la realidad, cuando iba más o menos por la página 30, me he dado cuenta de mi horrible situación. Hasta ahora no sabía lo espantoso que puede ser el mundo, y eso después de haber pensado, imaginado, soñado todo lo que hay, y lo que podría haber, si el señor Zapatero siguiera gobernando, algo horripilante de verdad, de lo más monstruoso y angustioso que en estos momentos me puedo imaginar.
Conocía lo que es sufrir ataques de ansiedad, los delirios de las pesadillas, el paso invisible del tiempo, las lágrimas por no volver a verte, la soledad de mis pensamientos, la fiebre de mis monólogos. Pero leer, ese demoniaco libro, me ha hecho ver lo más terrible que puede existir en el mundo; hasta ahora no sabía cual era el suplicio supremo. Sólo hace un mes que lo empezado a leer y me parece como si hubieran pasado 100 años.
Quiero conservar la calma mientras escribo esto, me esforzare, intentaré ser claro. Elegiré la fórmula más simple, para confesarlo: Me he dado cuenta de que no quiero ser yo mismo. Me he dado cuenta de que nunca, nunca ¿lo entendéis?, volveré a ser yo mismo. Puede que no me haya explicado bien. ¡Quiero cambiar!, buscar la posición adecuada de mis neuronas. Pero cambiar seriamente, ¿lo entendéis?, cambiar completamente, radicalmente.... En resumen, ser otro. Alguien que no se parezca en nada a mi, que no tuviera mis chacras, mi luz, mi karma.. que ni siquiera me conociese y que me ayudará a olvidar haberme conocido.
No estoy hablando de cambios insustanciales, de disfraces, de mudanzas, ni de crisálidas... Muchos cambios se han producido en mi vida, eran tan solo de papel, en el fondo seguía siendo el mismo; podía cambar de color, pensemos en Michael Jackson, pero la mente que dirige mi cuerpo sigue siendo la misma; puedo cambiar de lugar los muebles, colgar un nuevo cuadro, poner una nueva estantería, un sillón masajeador, una mesa más chic... pero la casa sigue siendo la misma, siempre, siempre, aún que no la quiera la misma. Después de leer ese maldito libro, me di cuenta que mi hogar, tenía el mismo aspecto, la misma filosofía, en fin el mismo Karma. He cambiado la fachada, me he mudado de hogar, he cambiado las escaleras por un cómodo ascensor, pero veo las mismas habitaciones. He cambiado el diseño de mi blog, los caracteres del texto, he reemplazado el estilo de mis post, las iniciales de archivo de blog, he puesto absurdos poemas y canciones de mis artistas favoritos, pero mi blog cuenta siempre las mismas cosas, siempre, aunque intente evitarlo, digo las mismas cosas, tristes, patéticas y lamentables.
Estoy muy cansado, de falsos intentos de cambios y "Planes Renove". No se cuantas veces me he sacudido mi alma, barnizado mi cerebro, ordenado mi corazón... Me he disfrazado multitud de veces, he cruzado el charco, viví en la ciudad del Xacobeo, pero siempre sentí, en lo más profundo de mi ser, algo que permanece de un modo inexorable, mi yo, siempre soy yo mismo, con mis contradicciones y silencios, con mi forma de caminar por la vida, con mis cosas…
Siento que la vida pasa, que un montón de cosas están desapareciendo y que poco a poco, me voy olvidando de ellas; ahora estoy cansado vivir conmigo mismo. Hace ya casi 35 años, solo me faltan unos días, que vivo en compañía de mi mismo. Ya basta: definitivamente estoy cansado. ¿Solamente cansado?, ¡Más todavía!, podéis pensar que estoy disgustado, repugnado, asqueado de este yo con el cuál he tenido que convivir 35 años seguidos.
Creo, tener derecho a dejarlo. Cuando una casa ya no te gusta, te puedes mudar; cuando objeto se estropea lo puedes arrojar a la basura. Me pregunto, si mi cuerpo no es acaso como una casa, y mi alma no es más que un guitarra a la que se le ha roto su mástil.
Porque mi cuerpo, no ha atendido a la orden de desalojo, ni siquiera mi alma me ha querido dejar. Cada vez que me veo en un espejo, vuelvo a ver mi demacrado rostro, con la boca semiabierta como sedienta de una nueva presa, con mis rizos intratables como los de un salvaje, con mis ojos verdes aceitunados, en cuyo centro se abren mis pequeñas pupilas temerosas de llegar a ver algo que no desean.
Paso revista a mi espíritu, y encuentro con los que quiero, sus rostros se ríen de mí con una insultante ternura, veo en ellos algo de vergüenza, algo de misterio se oculta tras su mirada, se alejan, quizás ya no soporten más ese yo, que me ahoga, hasta dejarme casi sin aliento.
Vuelvo entonces a ninguna parte y veo mi alma que tanto quise, aquella que se alimentaba de los sueños y que adornaba con su luz la mirada de mis ojos. Pero, me doy cuenta que es siempre mi alma: algo de lo que fue, sigue todavía habitando en ella y se que nadie podrá afirmar que no haya estado allí nunca.
Me gustaría que alguien me ensañara, a librarme de mi hogar, de mi cuerpo y de mi alma. ¿Quién podrá enseñarme que yo no sea más yo, a olvidarme de quién soy yo ahora?, una negra sombra se alzo tras de mi y me sugirió que me matara. Pero yo no puedo creer en alguien que no es más que una sombra. La conozco desde hace tan solo unos instantes y tengo motivos para creer que está de acuerdo con Tánatos. Por otra parte, de que me serviría, no tengo ganas de aniquilarme, de cesar de vivir, de seguir jodiendo... Yo quiero seguir viviendo, pero ser otro yo, vivir otra vida. La verdad no me causa ningún tipo de simpatía el suicidio. Además, ¿cómo hacerlo?, las pistolas me parecen estúpidas, el veneno me aburre, por no hablar del Quijote o el Ulises de Joyce y en cuanto la horca, deciros que ni siquiera se atarme correctamente el nudo de los zapatos.
No os equivoquéis, no tengo ganas de no ser, pero sí una desesperada voluntad de ser de otro modo, de no ser más yo, de ser otro. Se que soy de tal manera que lo que deseo no lo podré tener nunca. Por favor no quiero ser yo, porque sé que nunca podre dejar de ser yo mismo.
Vivo en un absurdo. Me he dado cuenta, de que nadie puede entender lo que digo, ni mucho menos lo que siento y quiero. Nadie comprenderá nunca los terribles momentos que estoy viviendo. Nadie, ni siquiera los que están más cerca de mi, conocen mis tinieblas, mis inseguridades, mis abismos emocionales...
Alguien se pone a mi lado, creo que esta leyendo lo que escribo, lo veo sonreír con una gran satisfacción. Susurra unas palabras: “Recuerda a los que tanto as criticado, esta noche te pareces a ellos. Quieres ser otro. Pero quien desea lo que nunca ha tenido, puede encontrar el mejor camino para no ser lo que es. Tú solo tienes miedo amigo, temor por la inmensa oscuridad que hay allí fuera”.
Y una vez pronunciadas estas palabras, escuche un ruido ensordecedor, REDIOS!!! era el maldito despertador, si amigos me desperté y me di cuenta que todo había sido una puta pesadilla incoherente.Todavía no he empezado a leer ese libro, supongo que algún día lo haré y por supuesto, tengo que confesaros que gusta ser yo mismo y no tengo pensado cambiar por el momento.
Por cierto, seguiré escribiendo lo que me da la gana y si a alguien no le gusta, solo tiene que no volver a entrar este absurdo blog.
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RATO

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