Sigo el paso del tiempo
siempre huyendo en la sombra,
Sin descanso;
Y el loco tiempo se me va,
se me va,
siempre escapándose de mis manos
que lo sueltan
sin fuerzas para retenerlo.
Yo soy adicto del tiempo,
por eso me quejo de su abandono.
Se me va, y yo me quedo:
fruto deshecho de su obra
árbol sin hojas,
pisada borrada de mis pies.
¿Qué importa que los años sean cortos o largos,
que los días tengan amaneceres y noches,
ni que el reloj tenga agujas?
Nada importa al loco tiempo,
que solo tiene hoy,
pero no tiene mi mañana.
Él sigue una loca carrera
sin pararse más,
que en el baile de la muerte.
Yo también corro
me voy detrás de él,
me marcho
siempre huyendo en la sombra,
Sin descanso;
Y el loco tiempo se me va,
se me va,
siempre escapándose de mis manos
que lo sueltan
sin fuerzas para retenerlo.
Yo soy adicto del tiempo,
por eso me quejo de su abandono.
Se me va, y yo me quedo:
fruto deshecho de su obra
árbol sin hojas,
pisada borrada de mis pies.
¿Qué importa que los años sean cortos o largos,
que los días tengan amaneceres y noches,
ni que el reloj tenga agujas?
Nada importa al loco tiempo,
que solo tiene hoy,
pero no tiene mi mañana.
Él sigue una loca carrera
sin pararse más,
que en el baile de la muerte.
Yo también corro
me voy detrás de él,
me marcho
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